Dom
18
Ene
2015

Homilía II Domingo del tiempo ordinario

Amad como yo os he amado

Introducción

Una buena parte de las enseñanzas de Jesús que encontramos en los evangelios son instrucciones sobre el estilo de vida que han de practicar los discípulos de Jesús. Posiblemente los relatos del seguimiento no sean históricos, sino que fueron creados por los evangelistas, que tomaron como base los seguimientos que narra el AT, como el que aparece en la primera lectura.

¿Por qué necesita Jesús a sus discípulos? Porque sin la comunidad de sus seguidores, Jesús no hubiera podido llevar adelante la proclamación del Reino de Dios para la regeneración de la sociedad de su tiempo y la del futuro.

¿Quiénes fueron los discípulos llamados por Jesús a seguirlo? Los clérigos se han apropiado a lo largo de los siglos de la experiencia del seguimiento. Pero hay que decir que son discípulos de Jesús todos los cristianos. No existen “profesionales” del seguimiento. Es más: el hecho de ser religioso, obispo o cardenal no garantiza automáticamente que ya se practica el seguimiento de Jesús.

La llamada a los discípulos no tiene como único objetivo el seguimiento, sino también la misión. Hoy Jesús sigue teniendo esta misma necesidad de una comunidad de discípulos para continuar su misión.