El que se humilla será enaltecido

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1, 18b-26

Hermanos:
De la manera que sea, con hipocresía o con sinceridad, se anuncia a Cristo, y yo me alegro, y seguiré alegrándome. Porque sé que esto será para mi bien gracias a vuestras oraciones y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo. Lo espero con impaciencia, porque en ningún caso me veré defraudado, al contrario, ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.
Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para vuestro progreso en la alegría y en la fe, de modo que el orgullo que en Cristo Jesús sentís rebose cuando me encuentre de nuevo entre vosotros.

Salmo de hoy

Salmo 41, 2.3. 5bcd R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?. R/.

Recuerdo cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 1. 7-11

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros
puestos, les decía una parábola:
«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga:
«Cédele el puesto a este”.
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:
“Amigo, sube más arriba”.
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Mi vida es Cristo

Pablo en la cárcel; no le importa muerte o vida, le importa que se anuncie a Cristo. Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte. Suceda lo que suceda, pase lo que pase, me gozo y me gozaré en Cristo que es anunciado; esto me alegra y seguirá alegrándome.

El anuncio de Cristo es para Pablo; fuente de mis alegrías, gozosa confianza de que todo será para mi bien, gracias a la protección de Dios, a vuestras  oraciones, y al Espíritu de Cristo que me socorre. 

Su deseo que avancemos alegres en la fe; en la alegría de la fe.  

Mi vida es Cristo; nos dice, y es, esta carta, como un canto alegre y una invitación a centrar nuestra vida en Cristo; invitación a vivir el Evangelio, la fe y el amor fraterno como pueblo de Dios que se apoya en la comunidad creyente y en la fuerza del Espíritu. Es deseo e invitación a crecer en confianza en el proyecto de Dios, que es proyecto de vida y salvación en Cristo.            

Tener la mentalidad de Cristo servidor

Jesús observa en un banquete la actitud de los fariseos buscando, para sí mismos, los primeros puestos, el afán de ser vistos por la gente, el deseo de aparentar, el querer darse importancia, el deseo de figurar por encima de los demás; que revela una cierta manera de entender la vida y las relaciones humanas.

Toda una forma de entender y plantear la vida que sigue presente entre nosotros en la búsqueda de prestigio social, en cierto estilo o clase en el vestir... una marca de automóvil… en ciertos hábitos mundanos. Que nos dan cierta ¨superioridad¨ sobre los demás y hace que para el mundo los hombres no seamos iguales de hecho.

Jesús cuestiona los valores en que vive la sociedad y propone unos valores diferentes.

La alternativa cristiana es renunciar al deseo de quedar por encima de los demás y ser capaz de ponerte a servir. Frente al enaltecimiento, la capacidad de servir es la que nos ubica mejor, en las relaciones humanas; servicio prestado desde la humildad.

«El que sirve a los demás y vive sin honores ejerce la verdadera autoridad en la Iglesia. Jesús nos invita a cambiar de mentalidad y a pasar del afán del poder al gozo de desaparecer y servir; a erradicar el instinto de dominio sobre los demás y vivir la virtud de la humildad.»

(Homilía de S.S. Francisco, 18 de octubre de 2015).