Mié
2
Oct
2019
¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo 23, 20-23a

Así dice el Señor:
«Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado. Respétalo y obedécelo. No te rebeles, porque lleva mi nombre y no perdonará tus rebeliones. Si lo obedeces fielmente y haces lo que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos, y tus adversarios serán mis adversarios. Mi ángel irá por delante.»

Salmo de hoy

Salmo 90, 1-2. 3-4. 5-6. 10-11 R. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.» R.

.El te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás. R.

Su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la, flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía. R.

No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
-«¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?»
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
-«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mi. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. »

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Enviaré un ángel delante de ti

A través de los textos que nos ofrece la liturgia del día, y de la festividad de hoy, hay una especie de eje transversal que los recorre: la proximidad de Dios a su pueblo acompañando su camino.

A lo largo de toda la Escritura, hay alusiones muy concretas de este cuidado amoroso de Dios hacia las creaturas. Dios está cerca de su pueblo, le instruye, le corrige, le interpela...envía una presencia espiritual y misteriosa, los ángeles, sus mensajeros. que nos remite a otra presencia mayor “...has hallado gracia delante del Señor, dijo el ángel Gabriel a María, Su significado: enviado, mensajero, espíritus servidores con la misión de asistir a los hombres, ángeles custodios, pertenecen al universo espiritual.

"Yo te enviaré un ángel delante de ti para protegerte en el camino y para que puedas entrar en el lugar que yo te he preparado..." Fueron las palabras de Dios a Moisés, para el pueblo de Israel, que estaba ya cerca de entrar en la tierra prometida.

Es frecuente la presencia de ángeles en la tradición bíblica. Son emisarios de Dios para proteger al hombre, para transmitirle una misión. Así en Gn 24,7 Abraham dice a Isaac "...el enviará a su ángel delante de ti". En Tb 5,4 el ángel Rafael acompaña a Tobías.

En el comienzo de la historia de la Salvación, una mujer y un ángel son los protagonistas de la comunicación más importante de Dios con el hombre."Concebirás..." (Lc 1,26)

Y otros muchos textos del Nuevo Testamento en los que se citan a los ángeles.

El Dios próximo, que acompaña a su pueblo, se comunica con el hombre, le inspira el buen camino.

Xavier Picaza en la reflexión que hace del texto de Mt 18, 10, señala la importancia del mismo ya que sólo aquí aparecen los ángeles relacionados con el valor de los pequeños. El evangelista pone en boca de Jesús "sus ángeles en el cielo ven constantemente la cara de mi Padre celestial" Es un dato más de la protección que Dios dispensa, de un modo especial, a los pequeños y a los pobres, nada nuevo por otra parte en la misión de Jesús.

La presencia amorosa de Dios en nuestra vida a través de sus ángeles es una experiencia a la que sólo se llega a través de la fe. Mucho más próxima a nuestro universo racional es la experiencia frecuente de personas buenas, que hemos encontrado en nuestra vida y que nos remiten por sus actitudes a esos seres espirituales que la tradición bíblica llama ángeles.

Pero además de mostrarnos ese amor de Dios por su pueblo, por cada uno de nosotros, el texto de Mateo18,1-5 viene a manifestarnos dos actitudes marcadas y contrapuestas.

¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?

Apetencias de poder de los discípulos de Jesús que los evangelistas relatan en distintos momentos. En Mc 9.33 recoge la discusión de los discípulos camino de Cafarnaúm sobre el mismo tema ¿quién es el más grande?

El hombre siempre preocupado por ser importante, ocupar los primeros puestos, ser reconocido socialmente, y Dios mostrando su predilección por los últimos, los que ocupan los últimos puestos, por los que sirven, por los que son pequeños.

Qué difícil resulta adherirse a este mensaje desde el corazón y desde la vida. Qué difícil resultó para los apóstoles entenderlo. Ellos, que habían vivido junto a Jesús curaciones milagrosas, expulsión de demonios, deferencias de amistad de Jesús hacia ellos ¿cómo no pensar y preocuparse del lugar que ocuparían en el Reino? ¿Y entre ellos, rivalidades quizá?

Y nos es difícil muchas veces, también a nosotros hoy, vivir este mensaje. Pasar por la vida, independientemente de la misión que realicemos o el puesto que ocupemos, libres de toda apetencia por el agradecimiento o reconocimiento o el poder.

¿El más importante?  Y Jesús contesta de una forma muy pedagógica, diríamos hoy.

"Si no os hacéis como niños”. A la apetencia de poder de los discípulos responde de esta forma desconcertante. Los apóstoles pensando en grandezas, en importancia y Jesús respondiendo en términos de humildad, sencillez, servicio.

El Dios que nos reveló Jesús es un Dios que se hace presente en lo pequeño, en lo sencillo, en lo que no cuenta (los niños en la sociedad de Jesús).

"Si no os hacéis como niños" es también una llamada a la ingenuidad del niño para creer. ¿Será que nosotros también necesitamos que disminuya esa capa espesa de racionalidad para adentrarnos en el misterio, el misterio del Reino?

Y por último una llamada a acoger a los niños como símbolo de los que no cuentan en la sociedad, a los que nada tienen... porque ellos sí que son importantes en el Reino de los cielos.

Estoy en Ruanda, desde donde hago esta reflexión. Hay niños, muchísimos niños y, sin duda, muchos ángeles y personas buenas que captan la sonrisa de Dios cuando logran la sonrisa de un niño.

Abre Señor nuestro corazón y prepáralo para que sepamos acoger, acompañar, comprometernos, caminar humildemente, con una mirada compasiva y acogedora hacia los más pequeños de la sociedad, hacia los que nada cuentan.