Lun
12
Oct
2009
¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, 1, 12-14

Después de que Jesús fue levantado al cielo, los apóstoles volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Salmo de hoy

Salmo 26, 1. 3. 4. 5 R/. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo. R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

El me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas, 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Reflexión del Evangelio de hoy

No cabe duda que la fiesta de Nuestra Señora del Pilar recibió un fuerte impulso al coincidir el día de su fiesta con el día en que se avistó la tierra americana. Por ello la fiesta va unida al concepto de hispanidad y es celebrada en toda América.

La presencia de María en los albores de la misión apostólica tiene fundamento en el texto de la lectura. Lucas, que habla con amplitud de la presencia de María en los momentos iniciales de la vida de Jesús, como el resto de los sinópticos, no la sitúa junto a la cruz; pero sí la hace presente en el momento en que los discípulos disciernen en la oración, conducidos por ella, sobre cómo llevar a cabo la misión que Cristo les encomienda. María está presente en el inicio de la Iglesia como estuvo en los primeros momentos de la vida de Jesús. La fiesta del Pilar anuncia la presencia de María en los momentos iniciales de la predicación del evangelio en España: la tradición dice que se le apreció a Santiago para animarle en su dura misión evangelizadora. E igualmente está en los inicios de la evangelización de América, que empezará en el día de su fiesta. Ella escuchó la Palabra de Dios, la puso en práctica, es modelo de acogida de esa Palabra, y de cumplirla, que es lo que pretende la Iglesia en su misión evangelizadora. Es madre por ser discípula, la mejor discípula de Jesús; también por estimular a los que recibieron la misión de hacer discípulos de Jesús. De ellos es madre, lo es por ser discípula de Jesús.