Evangelio del día
Duodécima Semana del Tiempo Ordinario - Año Par

Del día 24 al 30 de Junio de 2012

Yo pongo mis palabras en tu boca

Introducción a la semana

Llegamos al ecuador del presente año, días y soles que nos hablan del inminente verano y, para los que puedan, de vacaciones. No está fuera de lugar hacer memoria de los que o tienen vacaciones forzosas (los desempleados) o los que nunca tuvieron opción a las mismas. El mensaje de las lecturas de este domingo, duodécimo del Tiempo Ordinario, nos hablan de un Dios que está por encima del poder de los elementos que ha creado, incluso en el caso que se desbocaran en su fuerza, pues él apaciguó la tormenta en suave brisa y las olas del mar enmudecieron. La carta de Pablo es una bella y resumida declaración de nuestros principios como bautizados: nos impulsa el amor de Cristo, otra fuerza no nos es válida, para hacer de nuestro mundo la casa nueva de la dignidad y la gracia. La página evangélica, a su vez, hará que resuene en la asamblea celebrativa y en nuestro corazón la admiración y la pregunta por Cristo ¿Quién es éste que hasta el viento y las aguas le obedecen? Él no quiere que nos hundamos en las procelosas aguas de nuestra suficiencia y frivolidad, ni en las dificultades que nos pone el mundo para ser testigos de su Palabra y de su vida.

El II Libro de los Reyes, con el apéndice sabatino del libro de las Lamentaciones ocupará la mesa de la Palabra en su primera lectura. La primera entrega alude a la caída de Samaría; el martes aparece en escena el rey Ezequías, confiado como pocos en la cercanía de Yahvé con su pueblo. Josías lo hace el miércoles con ocasión del descubrimiento del libro de la Ley; el jueves nos habla del momento amargo de la deportación a Babilonia por Nabucodonosor, suceso del que se hace eco la primera lectura del sábado.

Los evangelios de esta semana abren la página de las advertencias posteriores al Sermón del Monte. Rechazo de la hipocresía y la falta de autocrítica en el seguidor de Jesús, llamada a la coherencia personal dando buenos frutos y practicando la palabra escuchada, edificando la casa sobre la roca del Maestro y, sobre todo ejerciendo la confianza para que se cumpla lo que creemos.

Es especial el jueves (Ireneo, padre de la teología y autor de el hombre es la gloria de Dios) y el viernes: Pedro y Pablo, la roca y la inteligencia al servicio del evangelio de Cristo. Fogosidad, contradicción, lucidez y enamoramiento de Jesús de Nazaret hasta vivir sólo por Cristo y ser testigos de su servicial amor.

Fr. Jesús Duque O.P.

Fr. Jesús Duque O.P.
(1947-2019)

Días de la semana