Evangelio del día
Vigésimo cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Del día 13 al 19 de Septiembre de 2015

¿Quién dice la gente y quién decís vosotros que soy yo?

Introducción a la semana

Pablo exhorta a su discípulo y colaborador Timoteo a que se ore por todas las autoridades; de ellas depende, en gran parte, que vivamos en paz y podamos compartir en armonía los dones de Dios. También en la Iglesia los gobernantes han de ser ejemplares; todavía no están perfectamente diseñadas las diversas jerarquías que conocemos (obispos, presbíteros, diáconos), pero ya se apuntan algunas de sus principales funciones: una comprensión genuina del “misterio” de la Iglesia y una enseñanza auténtica del patrimonio doctrinal recibido. El mismo Timoteo, todavía joven, se ha de acreditar ante los fieles por la ejemplaridad de su conducta y por la fidelidad y constancia de la enseñanza en que se formó y que tiene la responsabilidad de transmitir (el “gran mandamiento” que Pablo le dio).

El evangelio de Lucas presenta algunos aspectos fundamentales de la Buena Noticia. El centurión del que se habla es un ejemplo de la actitud de los paganos alcanzados por el mensaje de Jesús. La resurrección del hijo de una viuda manifiesta el interés de Jesús por las mujeres, marginadas en aquella sociedad de hombres; incluso deja que le acompañen junto con sus discípulos. El perdón de la pecadora forma parte de la misión salvífica de Jesús y es conjuntamente expresión y fuente de amor.

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