Dom
27
Mar
2011

Homilía III Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2010 - 2011 - (Ciclo A)

Dame agua viva, así no tendré más sed

Introducción al Evangelio del día

Los símbolos bautismales de los evangelios de estos tres últimos domingos de Cuaresma nos muestran el itinerario seguido por los catecúmenos adultos en los primeros siglos de la era cristiana como preparación para su bautismo en la Vigilia Pascual, noche en la que los cristianos renovamos las promesas bautismales. A través de ese rito expresamos la conformidad de nuestra vida con la de Cristo Jesús, presentado en esas lecturas bajo los símbolos del agua, la luz y la vida. Son otras tantas imágenes bíblicas recogidas por la liturgia para ayudarnos a rumiar e interiorizar personalmente el misterio pascual de nuestra fe.

En este domingo, centrado en el simbolismo del agua, el encuentro de Jesús con la samaritana desemboca en una pregunta pertinente y crucial: ¿cuáles son las fuentes que alimentan nuestra vida espiritual? Recordando la palabra profética: ¿acaso el espejismo de oasis inexistentes?; ¿tal vez cisternas agrietadas? ¿O es más bien, en palabras de San Juan de la Cruz, “la fonte ascondida do emana el agua” de la unión íntima de Dios con el alma? Algo de todo esto debió de intuir la samaritana.

Fray Juan Huarte Osácar

Fray Juan Huarte Osácar
Convento de Santo Tomás (Sevilla)

Nacido en Atondo (Navarra). Una vez finalizados los estudios institucionales dentro de la Orden dominicana y obtenida la Licenciatura Bíblica en la Pontificia Comisión Bíblica, me he dedicado fundamentalmente a la enseñanza de la Sagrada Escritura interesándome de modo especial por el mundo de San Pablo y del cristianismo primitivo. He sido docente de Sagrada Escritura en la Pontificia Facultad de Teología de San Esteban (Salamanca) y he impartido varios cursos bíblicos en España y en Latinoamérica. En el estudio y la docencia de la Palabra de Dios he encontrado el sentido y la motivación para ahondar en mi vida religiosa compartiéndola en comunión con mis hermanos dominicos y poniéndola en todo momento al servicio de la misión apostólica.

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