Dom
24
May
2020

Homilía VII Domingo de Pascua

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos

Introducción

Estamos alcanzando el final de la Pascua y quién sabe si también, el principio del final de las medidas extraordinarias por la crisis del Coronavirus, al menos en Europa. Esta ha sido una Pascua extraña para todos, vivida en gran parte en nuestras casas, con las puertas cerradas, por miedo, no a los judíos, como dice el evangelio que ocurrió a los Apóstoles, tras la muerte de Jesús, sino por defendernos de una micropartícula que se ha llevado la vida de personas, algunas muy cercanas a nosotros y ha revolucionado nuestra forma de vida más que ningún otro acontecimiento en los últimos años, o siglos.

Hoy también recordamos un acontecimiento importante para la familia dominicana, como fue la Traslación de Santo Domingo del lugar donde fue depositado, a los pies de sus frailes a otro lugar más digno, en medio de una gran solemnidad, casi “al son de trompetas” como proclama el salmo de hoy.

Sin duda, tenemos motivos para alegrarnos, aun en medio de las dificultades, del dolor y de la muerte porque sabemos y, sobre todo, creemos, que la muerte y el sufrimiento no son el final, sino que la Vida será quien se alce con la victoria.