Dom
21
Jun
2020

Homilía XII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

No tengáis miedo

Pautas para la homilía de hoy


Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Para entender el texto que nos presenta este domingo el evangelio es importante que nos situemos en el contexto histórico en el que se desarrolla la acción: Jesús no quería que sus discípulos se hicieran falsas esperanzas y les deja claro que ellos podrían seguir la misma suerte que le iba a tocar a Él, por eso les dice que en algún momento alguien les rechazará, maltratará, insultará o condenará. ¿Qué es lo que hay que hacer? “No tengáis miedo”. Y a partir de ahí se centra toda la reflexión que trasmite a sus discípulos. Porque el texto recoge las palabras que Jesús les dirige principalmente a ellos, a aquellos que han sido llamados por Jesús y le han seguido, esos que han escuchado sus enseñanzas y le han seguido, a los cuales les envía ahora a la misión.

Mateo se dirige a una comunidad misionera, que experimenta la persecución y que necesitaba ser orientada. Por eso les ofrece esta especie de manual del misionero cristiano. Este manual consta de una breve introducción (Mt 9, 36-38) y dos partes: 1.- La llamada y el envío de los discípulos (Mt 10, 1-15) y 2.- una serie de instrucciones sobre el destino que les aguarda (Mt 10,16-42). Terminará la composición con un breve sumario a modo de conclusión y transición (Mt 11,19).

Centrándonos en el texto que nos presenta el evangelio en este domingo Jesús transmite a sus discípulos confianza y valor en la persecución. Parece que estas palabras de Jesús, aunque estaban unidas a la tradición, son propias de Mateo, que utiliza la expresión “no tengáis miedo” en tres ocasiones (Mt 10, 26.28.31). Son palabras de consuelo que Jesús dirige a sus discípulos para que superen el miedo y la angustia que trae consigo la persecución. A cada expresión a “no tener miedo” le acompaña una motivación para superar ese miedo. Veamos cuáles son esas motivaciones:

1ª Motivación: Mt 10, 26-27: “No hay nada encubierto que no llegue a ser descubierto, ni oculto que no llegue a saberse,…,

Jesús les dice que el miedo no debe impedir la proclamación del mensaje que Jesús les ha encargado anunciar y que ese mensaje, al final, acabará siendo conocido.

¿Cómo podemos aplicar esta motivación en nuestra vida? Si hay una injusticia, una maldad que nos han hecho…, y que no logramos hacer justicia en esta vida, Jesús nos dirá que no perdamos la calma, que Dios es el justo juez y que Él sabrá hacer justicia.

2ª Motivación: Mt 10, 28: No temáis a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma, temed más bien a Aquel…”.

Aquí les está trasmitiendo Jesús la confianza en Dios frente a las afrentas que pueden ocasionar los hombres; al final, hay un Juez que nos va a juzgar a todos en función de nuestras obras.

Ante una calumnia, una difamación, una afrenta que suframos…, muchas veces nos duele perder nuestra imagen, nuestra buena fama, quedar mal ante los demás,… Jesús nos dice que eso no nos preocupe, que no nos preocupemos por aquellos que nos pueden destruir nuestra alma, que nos preocupemos más bien de aquello que nos puede alejar de Dios.

3ª Motivación: Mt 10, 29-31: “Vosotros valéis más que muchos pajarillos”. Es decir, Jesús está transmitiendo la confianza que los discípulos tienen que tener en Él, pues si para Dios todas las cosas son importantes, mucho más los hombres. Para ello Jesús recurre a una comparación: si el Padre cuida hasta de los pájaros más pequeños e insignificantes y tiene contados hasta cada uno de nuestros cabellos, ¿cómo no va a ocuparse de ellos que son sus hijos queridos?, por eso les dice: “no temáis, vosotros valéis mucho más que muchos pajarillos” (Mt 10, 31).

Trasladando esta motivación a nuestro momento actual, si alguien habla mal de ti, si alguien te calumnia, si alguien te destruye con sus comentarios,.., que lo único que nos interese sea ¿y qué opina Dios de mí?, y yo, ¿cómo estoy ante Él?. Por eso Dios dice: no temas, porque yo te conozco, no temas porque yo sabré recompensarte.

El texto termina con unas palabras que retoman todo el tema del juicio (Mt 10, 32-33) diciendo que los discípulos que hayan sabido dar testimonio en los momentos difíciles de persecución Jesús dará testimonio en favor suyo ante Dios, pero aquellos que hayan sucumbido al miedo y le hayan negado, Jesús le negará también delante de Dios.

“No tengáis miedo” son palabras de Jesús que se repiten una y otra vez a lo largo de los evangelios. Las palabras que más se deberían repetir también hoy en la Iglesia. Es cierto que la vida está llena de experiencias negativas y que la fe no ofrece recetas mágicas para resolver los problemas, pero también es verdad que la fe en Dios, a muchas personas, en muchos momentos difíciles de su vida, les ha ayudado a saber sobrellevar esas situaciones, esos miedos, esas dificultades, esas incertidumbres…, porque han escuchado a ese Dios y se han fiado de Él cuando nos invita a “no tener miedo”, porque esta fe en Dios no lleva a la evasión o la pasividad sino que nos trasmite coraje para tomar decisiones y asumir responsabilidades. Como dice José Antonio Pagola: “Esta fe en Dios nos conduce a afrontar riesgos y a aceptar sacrificios. Lo propio del verdadero creyente no es la cobardía y la resignación, sino la audacia y la creatividad”.