Dom
18
Nov
2012

Homilía XXXIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)

El día y la hora nadie los sabe... sólo el Padre

Introducción

El año litúrgico toca a su fin. En consecuencia, los textos litúrgicos también se vuelven hacia el fin absoluto de la historia.

No se dan fechas ni detalles precisos. Se emplea un lenguaje apocalíptico, que habla de un futuro triunfal ante un presente adverso No es un futuro histórico, sino escatológico, definitivo, de consumación de la historia. Se caracterizará por la “venida del Hijo del hombre”, que implicará la resurrección final y la salvación definitiva (1ª lectura: Dan 12, 1-3; evangelio: Mc 13, 24-32).

Esa salvación está ya anticipada, en la medida en que nuestros pecados han sido perdonados, gracias al único sacrificio de Cristo, que se ofreció a sí mismo por nosotros (2ª lectura: Heb 10, 11-14.18).

Ante la incertidumbre de “aquellos días” mientras dura la historia, la actitud que corresponde es la de vivir en esperanza, cultivando también asiduamente la intimidad con Dios y la aceptación de su voluntad (aleluya: Lc 21, 36).