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Mes de la paz en Venezuela: encuentro virtual de la Familia Dominicana

En la actualidad la población migrante de venezolanos en el mundo es de más de seis millones y se espera que este año 2022

  En el marco del mes por la paz que celebra la Orden desde hace unos años durante el tiempo de adviento, el pasado domingo 19 de diciembre, la Familia Dominicana en España sostuvo un encuentro vía zoom con los hermanos de la Familia Dominicana de Venezuela y miembros del equipo de Justicia y Paz en este país de Sur América. Los frailes dominicos de la provincia de Hispania conjuntamente con los del vicariato de la provincia misionera de Nuestra Señora del Rosario (España) en compañía de religiosas de distintas congregaciones de Hermanas Dominicas, laicos y miembros del Movimiento Juvenil Dominicano de ambos países se dieron cita a las 12:00 del medio día en Venezuela, 17 horas de España, para conocer un poco sobre el mes dominicano por la paz en Venezuela.

  Esta actividad contó con la participación de un nutrido grupo de hermanos y hermanas en directo para juntos conocer de primera mano lo que está ocurriendo en el país petrolero de América Latina. El equipo de justicia y paz en Venezuela ha estado enviando un material a través de videos e imágenes que ilustran con un texto lo que ocurre respecto a la crisis  humanitaria que vive esta nación, así como el trabajo que hace la Orden en la capital y al interior del país.

  La hermana Marcela Zamora de la congregación de Hermanas Dominicas Misioneras del  Rosario y quien es la secretaria de Familia Dominicana en España, dio la bienvenida a los participantes de distintas partes de Venezuela, España y de otros lugares que se fueron conectando. La conducción del encuentro estuvo a cargo de Fray Marcos García, fraile venezolano que se encuentra asignado a España como promotor dentro del equipo de promoción vocacional y juvenil para el vicariato y como miembro de la permanente de pastoral juvenil y vocacional de la Familia Dominicana en España.

  Los hermanos de Venezuela encabezados por la Hermana Margarita Gil de las Hermanas Dominicas de Santo Domingo y Fray Miguel Ángel Espinoza Sánchez (Promotor Justicia y Paz en Venezuela) fueron respondiendo algunas de las tantas interrogantes hechas a través de Fray Marcos sobre la situación actual del país, el trabajo que tanto frailes y hermanas como laicos dominicos están haciendo y qué se  ha logrado hasta el momento, cómo hacen para apañar un poco tal situación, dónde siguen presentes nuestros hermanos y en qué sitios de misión ya no están.

  La situación en Venezuela es precaria en algunos lugares más que en otros. Hermanas de distintas congregaciones aún se encuentran en sectores donde se hace cuesta arriba permanecer pero que sin embargo saben que ése es un sitio donde se necesita una palabra de aliento y esperanza. Los frailes han tenido que dejar algunos colegios, parroquias de manera presencial, pero continúan desde alguna comunidad atendiendo dichas misiones a pesar de los esfuerzos que tienen que hacer debido al número de hermanos. Los laicos hacen lo que pueden desde sus hogares. El movimiento juvenil dominicano (MJD) se ha visto muy afectado con la crisis del país, pues muchos de sus miembros, en su mayoría jóvenes universitarios y profesionales, han salido a otros países en búsqueda de un mejor futuro para ellos y el de sus familias.

  Son muchas las ocasiones en las que se ven a los frailes, hermanas y laicos de la Orden acompañando a la sociedad civil en las marchas y manifestaciones como protestas por el deterioro constante de la calidad de vida del venezolano. Escuelas, hospitales, centros de educación superior, empresas, en evidente estado deplorable sin respuesta alguna ante una hiperinflación que se traga a un país que en otrora fue de los más desarrollados en la región, todo debido a la política que se maneja desde hace más de dos décadas basada en una ideología denominada “socialismo del siglo XXI”, ideología que ha llevado a la ruina a otras naciones del mundo. Vistieron a un país de un solo color, un pensamiento  único se fue inoculando en el ciudadano, expropiaron empresas privadas en pleno funcionamiento, la industria petrolera venezolana, líder en el mundo, ahora en franco abandono, lo que antes fueron empresas públicas donde muchos querían tener su sitio de trabajo y desarrollo profesional, hoy están literalmente en el piso, grandes porciones de tierras fueron usurpadas por el estado y ahora la población sufre un desabastecimiento nunca antes visto en este país, la medicina es escasa y si se consigue, hay que pagar un precio alto, muy pocos tienen acceso a la salud privada debido al poco ingreso económico que se percibe como salario mínimo. El venezolano se ha convertido en un pulpo en el trabajo, se conoce como “matando tigritos” es decir, trabajando en muchas cosas para poder tener un sueldo que le permita sobrevivir, porque ya no se vive, se sobrevive. La canasta básica es muy superior al salario y pocos son los que se dan lujos como ir de vacaciones dentro del mismo país a conocer su tierra y su gente, pues son muchos los hogares en los que no se alcanza a comer ni siquiera dos veces al día. La desnutrición crece, sobre todo en los más pequeños. Las personas de la tercera edad y ancianos que trabajaron duro a lo largo de su vida, hoy no pueden gozar de una pensión digna que les ayude al sustento del día a día, testimonios de personas desmayadas, hasta muertas en colas esperando cobrar una mísera jubilación de apenas 2 o 3 dólares al mes ¿quién vive con esto?

  En la actualidad la población migrante de venezolanos en el mundo es de más de seis millones y se espera que este año 2022, que apenas comienza, este número suba debido al alto costo de la vida, inseguridad y desempleo. Muchas familias pueden tener lo justo gracias a parientes y amigos que migraron a otros países y envían ayudas en moneda extranjera, ropa, medicina o comida, lo que permite a quienes permanecen en el país, poder subsistir.

  La pandemia arreció más la situación de  precariedad en la que viven muchos en barriadas llenas de miseria y crisis humanitaria a tope. Todas estas situaciones las describen muy bien nuestros hermanos que se han convertido en héroes para muchos que sienten su compañía y valoran su trabajo, bendito sea Dios por ellos que permanecen junto a quienes sufren esta crisis en el país del oro negro y otras tantas riquezas que ofrece su suelo, pero que pocos aprovechan para enriquecerse corruptamente de lo que debería ser de todos y para todos.

  El encuentro fue muy positivo, nuestros hermanos desde Venezuela agradecieron esta iniciativa, agradecieron las palabras de ánimo, las ayudas económicas y materiales que se les ha brindado pero sobre todo, agradecieron las oraciones que sostienen a estas misiones en Venezuela, oraciones que brindan la fuerza y carácter espiritual que se requiere para enfrentar tanto mal y consolar a quienes siempre salen más perjudicados en todos estos escenarios de corrupción, para consolar a los más pobres. Se concluyó con el compromiso de poder tener otro encuentro para seguir siendo la compañía fraterna que tanto necesitan nuestros hermanos de Venezuela.  

  Dios nos bendiga siempre. Que nuestra Señora del Rosario siga sosteniéndonos con sus brazos de madre y que nuestro padre Santo Domingo, continúe cumpliendo su promesa de sernos más útil desde el cielo. Amen

Fray Marcos García OP