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Las fuerzas de seguridad de la R.D. del Congo atacan salvajemente una iglesia de frailes dominicos en Kinshasa

21 de enero de 2018

La respuesta a una manifestación contra la ley que perpetúa en el poder al presidente deja al menos 7 muertos

  Los frailes dominicos que trabajan en la iglesia de St. Dominic en Limete, Kinshasa, República Democrática del Congo fueron atacados junto con sus feligreses el domingo 31 de diciembre de 2017. El ataque fue perpetrado por las fuerzas de seguridad de la nación, compuestas por militares y policías.

  Los obispos católicos de la República Democrática del Congo, apoyados por una coalición de grupos de la sociedad civil, convocaron manifestaciones pacíficas después de la misa dominical del 31 de diciembre de 2017 para denunciar una nueva ley de reforma electoral, que entró en vigor el 25 de diciembre y marca el primer aniversario del acuerdo político del 31 de diciembre de 2016, facilitado por los obispos.

  El presidente Kabila, cuyo mandato finalizó en diciembre de 2016, acordó establecer una fecha para nuevas elecciones presidenciales a finales de 2017, para aliviar las tensiones en un país rico en minerales. Sin embargo, la comisión electoral del país sostiene ahora que la votación no puede celebrarse hasta diciembre de 2018. Los críticos acusan a Kabila de posponer las elecciones para mantener su control en el poder, causando tensiones, provocando violencia y manifestaciones callejeras en todo el país desde finales de 2016.

  El gobierno rechazó los permisos para las manifestaciones del 31 de diciembre por lo que llamó al orden por razones de seguridad, sin embargo, más de 160 iglesias en muchas partes del país participaron en la convocatoria. La policía respondió con gases lacrimógenos, balas de goma e incluso munición real. Al menos siete personas murieron y muchas otras resultaron gravemente heridas. Mucha otra gente también fue arrestada.

  Varios policías llegaron a la Parroquia de Santo Domingo en Kinshasa, dirigida por frailes dominicos y dispararon contra los feligreses en los terrenos de la iglesia e incluso dentro del templo. Una mujer recibió un disparo en la frente por una bala, otras en las piernas, y un fraile, Jean Nkongolo, recibió un disparo en la cara a quemarropa por una bala de goma.