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Las dominicas de Torredonjimeno celebran la apertura del año jubilar de Santo Domingo de Guzmán

Con una eucaristía presidida por el dominico Fr. Félix Hernández

  La Orden de Predicadores convoca, con motivo de los 800 años “Dies Natalis” de Santo Domingo de Guzmán, un Año Jubilar con el lema: En la mesa con Santo Domingo”.

  El día 16 de enero por la tarde, las monjas dominicas del convento de Nuestra Señora de la Piedad, Torredonjimeno (Jaén) celebraron la apertura del Año jubilar, cuando ya se estaban tomando nuevas medidas de restricciones sociales, a causa de la tercera ola provocada por la COVID-19. No se pudo convocar a todos los fieles por esta circunstancia, pero aun así la Iglesia estuvo llena en el aforo permitido y con todas las medidas de seguridad tomadas en un ejercicio de corresponsabilidad.

  Presidió la celebración eucarística fray Félix Hernández, O.P., y acompañaba a las hermanas el franciscano padre Florencio. Además, la Fraternidad Laical de Torredonjimeno y un pequeño grupo de hermanos cercanos que quieren a las monjas y sienten gran cariño por la Orden. En la mesa de altar se dispuso el relicario de nuestro Padre, para ser bendecidos por él tras la celebración y pedir su intercesión.

  Fray Félix habló de Domingo de Guzmán y el carisma dominicano en el día de hoy, supo comunicar el espíritu de Domingo y hacer Familia Dominicana entre todos los presentes.

  Los miembros de la Fraternidad Laical pusieron a los pies de Santo Domingo un hermoso centro de flores, signo de su amor a nuestro Padre Domingo. Participaron en las lecturas y en toda la organización de la misa, siempre dispuestos unidos en la misión.

  Gran día y gran año de bendiciones espirituales, compartiendo el mismo espíritu de la predicación de la verdad, de la fraternidad.

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  Las monjas pensaron en tener una atención con los hermanos laicos dominicos y los que asistieron al acto: un dibujo y el lema del Jubileo plasmados en una taza, “Todos en la mesa con Domingo”. Solicitaron el diseño al conocido dibujante Fano.

  Después de ochocientos años, se siente, palpa y da por cierto que nuestro padre Domingo está vivo entre sus hijos e intercediendo por cada uno de ellos. La antorcha de Domingo sigue pasando de generación en generación. Surgieron muchos santos en estos 800 años para mostrar al mundo la belleza de Dios, su amor infinito y su misericordia y seguiremos sumando vidas entregadas con el carisma de Domingo de Guzmán por la Gracia de Dios.