Evangelio del día
Segunda semana del Tiempo Ordinario - Año Par

Del día 15 al 21 de Enero de 2012

Habla, que tu siervo te escucha.

Introducción a la semana

Como si de un espacio singular de gracia se tratara, esta semana abre de manera más que hermosa: que somos miembros de Cristo y nuestro cuerpo es templo del Espíritu, nos dirá Pablo en la segunda lectura del Domingo; a su vez Samuel nos pondrá en sintonía con la voz siempre oportuna de Dios para provocar la respuesta fecunda y servicial: Habla, Señor, que tu siervo escucha. El evangelio cierra este apretado ramillete dominical con el llamado de dos discípulos que, a su vez lo fueron de Juan, y que llevan ante Jesús de Nazaret a Simón Pedro, Cefas como nombre de misión.

En el transcurso de la semana, además, nos encontramos con las memorias litúrgicas de seguidores de Jesús que gozan de notoria popularidad en la piedad y la tradición: San Antonio abad, monje y líder de monjes, cuya retirada soledad no le impidió escuchar el eco doloroso de los cristianos per-seguidos por Diocleciano, a los que consoló vivamente. En el día 17 es costumbre en no pocos lugares de bendecir a los animales domésticos y a las mascotas. Pueblan el día 20 un buen ramillete de mártires, entre ellos los protomártires de la Hispania cristiana, en el siglo III, el obispo Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio; el papa mártir Fabián y el milanés Sebastián, a quien el pueblo tributó siempre un devoto homenaje. Cierra la semana la memoria de la virgen y mártir Inés, cuyo natalicio para la vida resucitada fue cantado por Prudencio y otros poetas cristianos.

Las primeras lecturas de estos días están escogidas del I Libro de Samuel, salvo el sábado. Escucharemos algo de las vicisitudes de los últimos días de Saúl, la unción de David, su enfrentamiento con el filisteo, y una serie de gestas que formarán los cimientos de la leyenda que el pueblo construirá en torno al reinado davídico; son algunos de los contenidos que desgranan las páginas del Viejo Testamento de estos días.

La lectura evangélica, del texto de San Marcos, entra de lleno en alguno de los puntos básicos del mensaje liberador del Maestro de Galilea: la neta diferencia entre los discípulos de Juan y los de Jesús, la ley, incluso la religiosa, al servicio del hombre y no al revés porque la prioridad siempre sin excepción, será hacer el bien; la llamada a los que quiso para hacerlos compañeros predicadores del Reino como privilegio y misión. Sugerente panorama para comprobar, una vez más, el encanto de la Palabra viva.
 

Fr. Jesús Duque O.P.

Fr. Jesús Duque O.P.
(1947-2019)

Días de la semana