Dom
21
Dic
2008

Homilía Domingo Cuarto de Adviento

Año litúrgico 2008 - 2009 - (Ciclo B)

Esperando con María al Hijo de Dios

Pautas para la homilía de hoy

Reflexión del Evangelio de hoy

  • Yo estaré contigo

Dice el segundo libro de Samuel que David soñó con ser el fundamento de su propia vida y acciones. Pensó que ahora que conseguía una vida estable y pacífica podría también definir con su poder todo lo demás, incluso aquello que tenía que ver con la divinidad. Pero fue ésta misma, quien a través de la palabra comunicó a Natán, el profeta, quién era quién. Es la palabra la que le muestra cuál es la vida que ha tenido David, quién lo ha acompañado, escogido y quién permitirá que tenga futuro, incluso más allá de su propia muerte y a través de sus descendientes. 

Dios nos sitúa ante su presencia, no para medirnos, sino para amarnos. Su esfuerzo se dirige hacia nosotros para que ganemos perspectiva hacia nosotros mismos y hacia la densidad misma que tienen nuestras vidas. Ya que Dios estaba ya preparando nuestro camino antes de nuestro nacimiento y continúa en este empeño más allá de toda muerte. Se trata, como dice Pablo, de la revelación del misterio que se ha mantenido en secreto y que ahora ha sido manifestada.

Ya sabemos que Dios no juega a mantener silencios, no es ese su estilo, sino que más bien parece que su sabiduría sale a borbotones, a veces silenciosos, pero muy frecuentes si nos ponemos a tino. Por ello, Pablo habla de algo que es “misterioso” porque no deja de sorprendernos. Dios con su sabiduría siempre lleva la iniciativa a la hora de comunicarnos su buena-noticia, es decir, su estar-en medio de nosotros. Así que los secretos divinos no son para unos pocos escogidos sino para todos los que se disponen a obedecer, es decir, a escuchar lo que nos dice a cada uno de nosotros y eso es a veces peligroso pues puede transformar nuestra existencia. ¡Cuidado!

 

  • La Palabra: motivo de escándalo, motivo de gracia.

El 8 de diciembre leíamos el anuncio que recibe una joven muy arriesgada. En el comentario de ese día Olivia Pérez nos advertía de que la repetición de los textos puede llegar a inmunizarnos. Hoy volvemos a fijarnos de nuevo en este texto pero para no tener “tentaciones” lo haremos desde otras claves que nos permitan ampliar su increíble riqueza.

            Esta joven también recibe confusa y sorprendida a la Palabra. Es un anuncio en el que se le invita a la alegría. Dios, que está de su parte, le pide colaboración y ella tiene que digerir el mensaje. Supongo que no fue fácil. No pudo serlo pues requería, como sucede con cada uno de nosotros, un proceso de asimilación de lo que allí estaba teniendo lugar. Por ser un anuncio de Vida necesita también un hueco, un espacio en nuestras existencias para poder ser acogido.

El “hágase en mi” se repite hoy también, pero como hemos dicho esto tiene consecuencias peligrosas que se han repetido a lo largo de la historia. Una de ellas fue la que le llevó a predicar, un día como hoy, a fr. Antonio de Montesinos un sermón preparado comunitariamente y que en La Española, en 1511, leyó ante los poderosos denunciando las injusticias que se estaban cometiendo contra los indios. Su palabra resonó con fuerza y aún no han callado pues pueden seguir manifestando la injusticia existente.

Por eso, Miriam nos invita a preparar espacios de vida que nos dejen recibir la Palabra que no cesa y que hace brotar algo nuevo… ¿es que no lo notáis?

¡Feliz final de Aviento y Feliz Nati-vidad!