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Un centenar de personas participan en el XLV encuentro de Familia Dominicana

19 de julio de 2017

Celebrado en Caleruega, bajo el lema ‘¿Sigue Dios llamándonos? El valor de la diferencia para la Misión Compartida’

  El domingo 16, después de comer, fueron desfilando cada uno a su tierra, a su casa, a su convento, a su comunidad. Habían llegado a Caleruega el viernes 14, por la tarde, convocados al XLV encuentro de Familia Dominicana. Todo comenzó en 1972. Un año más se presentaba la oportunidad de orar juntos, escuchar, dialogar, compartir. Hacer memoria de Santo Domingo ahí donde nació.

  El viernes por la tarde, primera intervención a cargo de la Hna. Carmen Sendino Páramo (DEIC) “¿Sigue Dios llamándonos?”. Sigue Dios llamando, y nosotros ¿seguimos atentos y a la escucha? ¡Poneos en camino! Cuidad la calidad evangélica de la vida fraterna, vuestra relación y comunicación, para ir por el mundo en fraternidad, desde la sencillez y la compasión. Dios envía a la vida de todos los días.

La diversidad comienza en uno mismo

  La mañana del sábado 15, comenzó con el rezo de laudes y la eucaristía en el Monasterio de Santo Domingo, con las hermanas contemplativas. Segunda intervención: “El valor de la diferencia”. Javier Saavedra Macías, doctor del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Sevilla, abordó desde tres perspectivas distintas el tema: Biodiversidad, diversidad socio-cultural, diversidad psicológica. Necesidad y riqueza de la diversidad, a pesar y con el beneficio del conflicto que esto supone. Citando al mismo San Pablo: “Del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, con ser muchos…” (1Co 12, 12). En el campo de la diversidad psicológica: La duda es un lujo cognitivo. El diálogo interior siempre se produce entre distintas posiciones y perspectivas y este implica tolerancia y nuevas emociones, a deseos y expectativas diferentes. Apagar el diálogo interior y el conflicto interior es apagar la conciencia. No hay conciencias tranquilas… la diversidad comienza en uno mismo. “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados” (Lc 6,37).

  La tarde del sábado, Fr. Oscar Jesús Fernández -Maestro de novicios- comenzó su intervención haciendo referencia a los “libros” leídos, a las experiencias diversas, entre otras su responsabilidad en el Secretariado de Familia Dominicana. “Desafíos de la misión compartida” fue el tema: Experimentar juntos nuestra increíble diversidad, nuestra sorprendente creatividad, nuestra profunda unidad. Tres desafíos: 1º Pertenencia. 2º Diálogo: Mirar, escuchar, orar, estudiar, analizar, planificar juntos. 3º Hacer juntos. En el hacer se verifica la Misión Compartida. Es necesaria tanto la implicación personal como la institucional y responder a: ¿qué? ¿dónde? ¿cómo? ¿cuándo? ¿con quién?.

  La dinámica de trabajo fue escuchar, dialogar en grupos y puesta en común. El diálogo en grupo, muy valorado, fue la oportunidad de conocerse mejor, tomar conciencia de las diferencias y celebrar que todos están ahí movidos por el mismo espíritu dominicano.

  El domingo 16, oración de Laudes, fotografía de familia con el torreón de fondo. Última reflexión. Todos están llamados a la predicación y retomar lo que permite descubrir esta realidad, es sano y liberador: La fe y la pertenencia. Ni una ni otra son ningún refugio, ni huida de nuestros miedos e inseguridades. Son razones para vivir, para ser. La predicación es un estilo de vida. La predicación tarea del corazón. 

Fray José Luis Ruiz O.P.
Secretario de Familia Dominicana en España

 

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