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«El atrevimiento de los frailes: el Centro Fray Bartolomé de las Casas»

13 de marzo de 2023

El programa de podcast ‘Historias al oído’ analiza la labor del centro de formación de los dominicos en Cuba

  El podcast Historias al oído ha dedicado uno de sus episodios a profundizar en el Centro Fray Bartolomé de las Casas, de los dominicos en Cuba: El atrevimiento de los frailes. El Centro Fray bartolomé de las Casas. A través de un texto de Leonardo Fernández Otaño, narrado por Luis Miguel Cruz, El Lucho, el podcast semanal hace un repaso a los detalles sobre el surgimiento del centro y las implicaciones con la Cuba actual.

  El Centro Fray Bartolomé de las Casas ha construido nexos en más de dos décadas de apuesta educativa que lo han situado en el quehacer de la cultura cubana. Ha demostrado la importancia de los espacios de diálogo y reflexión cognitiva en contextos restrictivos para las libertades civiles, como es el caso cubano.

 

 

  Los frailes dominicos fundaron el Centro Fray Bartolomé de las Casas en las dependencias del convento de San Juan de Letrán, La Habana, en septiembre de 1999. La institución fue el resultado de un largo proceso de servicio cultural e intercambio con la ciudadanía por parte de los religiosos que inició con la apertura del Aula de igual nombre en 1995.

  El Aula Fray Bartolomé de las Casas fue la primera acción concreta de la Orden para apoyar a la sociedad en la que desplegaban su labor religiosa, atravesada por el contexto de crisis económica, social y cultural de los años 90 del siglo XX.

  Así, el último jueves de cada mes, el convento habanero de San Juan de Letrán se convirtió en un ágora que acogía el pensamiento diverso en la capital cubana. Como invitados en calidad de conferencistas, participaban tanto intelectuales oficialistas como religiosos de diferentes denominaciones y académicos censurados.

  Por más de 60 años, Cuba ha estado atravesada por el predominio del pensamiento único sobre las instituciones oficiales en el ámbito de la cultura y la educación. Letrán, como también se le conoce al centro de estudios, se abrió a la comunidad con un taller de computación en su primer curso. La clave del éxito de la iniciativa fue, sin duda, su caminar prudente y firme, basado en la ocupación discreta de los espacios, en un contexto en el que la actividad educativa no oficial estaba censurada.

  Su primer rector, el fraile español Manuel Uña, describe en sus memorias los avatares de los años fundacionales: "Luego, programamos un curso para señoras, enseñándoles cómo atender a sus familiares mayores o discapacitados. Esta experiencia duró dos años. Estábamos ganando tiempo. No podíamos correr". Como señala el religioso Manuel Uña, la primera etapa fue atrevida, pues se abría una zona inexplorada para la iglesia católica en el país, la incidencia directa en la educación superior.

  Hasta 2010, el Centro Fray Bartolomé de las Casas vivió un proceso de fortalecimiento y expansión, lo que propició la apertura de nuevos servicios y la ampliación de los beneficiarios hasta llegar a la cifra de 1.500 estudiantes matriculados.

  El proceso de afianzamiento también fue posible gracias al apoyo de importantes organizaciones a nivel internacional.

  El desafío del conocimiento el Centro Fray Bartolomé de las Casas ofrece una serie de talleres y diplomados que, aunque destacan por su calidad académica, han encontrado una negativa de reconocimiento por parte del sistema oficial de enseñanza en Cuba. Ante esa dificultad, la institución ha demostrado su capacidad de reinvención educativa y ha establecido convenios de colaboración con importantes instituciones formativas a niveles regional y mundial, como por ejemplo la Universidad Alberto Hurtado en Chile o la Pontificia Facultad de San Esteban de Salamanca en España.

  Hasta 2023, el Centro Freibartolomé de las Casas ha ofrecido talleres y diplomados que abarcan desde las ciencias sociales y humanas, humanismo y sociedad, teología o el bienio filosófico, hasta clases de computación, diseño e idioma.

  Otro espacio potenciado por la institución se denomina FIA, Formación Integral para Adolescentes. El proyecto fue fundado por las religiosas Dominicas de Granada y trasladado después al Centro. La propuesta formativa onda en la formación de los participantes, que va más allá del reforzamiento escolar y el inglés, al aportarles herramientas para su desarrollo cultural y humano.

  La institución cuenta además con una biblioteca que posee más de 16.000 libros a disposición de los públicos. Entre los usuarios más habituales se encuentran los estudiantes de la Universidad de la Habana, que buscan el silencio y amplio fondo que la sala de lecturas pone a su disposición. Además, disponen de una biblioteca que posee un amplio caudal de materiales digitales para el aprendizaje de los idiomas y la apoyatura de los otros cursos, así como aulas especializadas para el estudio de las lenguas extranjeras.

  Al arribar la pandemia de la COVID-19 a la isla, el Centro se enfrentó a un nuevo desafío, el fin temporal de la presencialidad en la docencia y el reto de una mudanza hacia el ciberespacio. La circunstancia produjo un tránsito de los servicios y talleres a las redes sociales, lo cual permitió extender los cursos a otras regiones del país. El proyecto educativo también ha destacado por su compromiso social durante los principales sucesos que han atravesado el panorama cívico insular.

  En sus aulas se han formado cientos de jóvenes, varios de ellos han tenido un fuerte compromiso en las diversas causas ciudadanas que han ocupado el espacio público en los últimos años. Tal es el caso del movimiento LGBT, la lucha animalista, los movimientos antisistema Movimiento San Isidro, participantes del 27 de noviembre o miembros de la plataforma archipiélago.

El compromiso de la institución

  Ante la rigidez de importantes sectores de la educación oficial, el Centro ha brindado una propuesta educativa ecuménica que propicia el diálogo con la diversidad. En una carta pública a raíz de la huelga de hambre de los miembros del Movimiento San Isidro, el entonces rector del Centro, fray Lester Zayas, expresaba: "No conozco a todos los jóvenes de San Isidro, pero algunos sí. Sé cómo piensan. Los he oído en clases. He tocado sus sueños. Gente mala no son. No hay maldad en la diferencia. En lo monocorde, en el pensamiento único, en el uniforme. No sé si habrá maldad, pero es tan aburrido. Hoy la patria me duele en San Isidro. Me duele ver la vida agotarse por cerrarnos al diálogo. Me duele mucho no poder entrar a mirarlos a los ojos, sentarme con ellos a la mesa y brindar con un vaso de agua en nuestras manos por el regalo de la diferencia. Poder escuchar cómo piensan, poder discutir si es preciso, con el único fin de poder ponernos de acuerdo en lo bueno. Hay bondad en todo hombre de buena voluntad. ¿Es tan fácil dialogar? ¿Es tan bueno ver la vida en la mesa compartida?" Las palabras de Fray Lester Sáez evidencian el compromiso de la institución con la formación cívica y el acompañamiento a la sociedad civil.

  Los nexos construidos por más de dos décadas de apuesta educativa han situado al Centro Fray Bartolomé de las Casas, en el quehacer de la cultura cubana. Se ha demostrado la importancia de los espacios de diálogo y reflexión cognitiva en contextos restrictivos para las libertades civiles, como es el caso cubano. El convento San Juan de Letrán ha sido casa para intelectuales oficialistas y críticos, militantes comunistas y disidentes, lo cual ha favorecido lo que en muchos espacios en la Cuba actual sigue pareciendo imposible, el respeto de todas las voces e ideas.