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Ordenación sacerdotal de fray Edgar Ruben Acosta

31 de julio de 2018

La celebración tuvo lugar el pasado domingo en Montevideo, en manos del Arzobispo de esa ciudad Mons. Daniel Sturla

El domingo 29 de julio, fray Edgar Rubén Acosta fue ordenado sacerdote por el Arzobispo de Montevideo, Mons. Daniel Sturla. Fray Edgar Rubén nació el 18 de abril de 1982 en San Joaquin, un pueblo del interior del Paraguay. A los 21 años ingresó en la Orden en Asunción. A fines del año pasado terminó sus estudios de Licenciatura en Teología Moral en Buenos Aires y desde febrero de este año estaba asignado a la comunidad de “La Santísima Trinidad” de Montevideo.

Fue acompañado en la ordenación por familiares, frailes del Vicariato, amigos, miembros de la Familia Dominicana del Uruguay y por un gran número de feligreses de la Parroquia donde lleva medio año trabajando pastoralmente. La ceremonia se celebró en el templo parroquial, un lugar cálido y bien arreglado por la gente, en un día frío y lluvioso como acostumbran a ser los inviernos australes.

En la homilía, Mons. Sturla hizo un recorrido del itinerario vocacional de fray Edgar Rubén, resaltando cómo desde un inicio sobresalía en él una especial sensibilidad hacia los más necesitados de atención y cuidado. Especialmente cautivado por la compasión de Santo Domingo, el amor al estudio y la vida fraterna encontró en el carisma dominicano el ideal de vida que respondía a sus anhelos más profundos.

Todo su proceso formativo lo realizó en distintas comunidades del Vicariato. A partir de su compromiso e inserción pastoral en los barrios marginales de Asunción, Buenos Aires y recientemente en Montevideo, fue descubriendo el sentido y valor del ministerio sacerdotal. Fue una decisión rezada y discernida a partir del contacto personal con los pobres y sentir la llamada de Dios a predicar, en medio de ellos, la Palabra, celebrar la eucaristía y ser ministro de la reconciliación.

Fue una ceremonia sencilla y sobria, como a fray Edgar Rubén le gusta, rodeado de los hermanos de la Orden y de la gente con la que va a compartir su ministerio sacerdotal en la Parroquia de la “Santísima Trinidad”. Animada por los cantos de los jóvenes, dieron un talante especial a la ordenación, reflejando lo que quiere ser su vida sacerdotal, de cercanía a la gente y alegría compartida con todos. Vivido por los participantes en un clima muy fraterno y de acción de gracias a Dios por la vida y vocación de fray Edgar Rubén.