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Hugo Mujica: "El poeta ha de ser aquel ser que escribe desde el misterio más que sobre el misterio"

17 de febrero de 2020

Encuentro en el Espacio O_LUMEN con el poeta, ensayista y sacerdote

  Hugo Mujica es quizá el más importante poeta argentino de su generación. Pero si su obra ha trascendido, no es menos interesante el peculiar itinerario personal y artístico que hay detrás de su literatura.

  O_LUMEN acogió el pasado 13 de febrero una lectura y un diálogo con el poeta, ensayista y sacerdote.

  Durante el encuentro en el espacio para las artes y la palabra de los dominicos, Hugo Mujica habló del silencio como lugar de nacimiento de una palabra siempre nueva, viviente. Señaló la necesidad de que el poeta sea aquel ser que escribe desde el misterio más que sobre el misterio, para que el asombro original no sea capitalizado conceptualmente. Igualmente compartió la necesidad de afrontar las fisuras de la vida y la angustia, como posibilidad de nacer a lo aún por vivir, frente a una cultura que trata de colonizar la angustia evitando al ser humano toda posibilidad de cambio y alumbramiento.

  También compartió la impronta que algunas experiencias dejaron en su persona y su poesía: las drogas, la emigración, la pérdida, el fracaso, el encuentro consigo mismo en los años de silencio monástico… Todo ello hizo de la velada un momento de inmersión en una palabra viva y sugerente, acompañado por un numeroso público que no dudó en entablar conversación abierta con el poeta.

Hugo Mujica

  Nacido en Avellaneda (Argentina), su padre queda ciego cuando Hugo aún era un niño, lo que le obligó a trabajar como obrero en todo tipo de trabajos. Con 37 dólares, visa de turista, sin hablar inglés y desertando del servicio militar obligatorio, se marcha a Estados Unidos donde compaginará trabajo y estudios en Filosofía y Bellas Artes.

  Instalado en Greenwich Village, vivirá intensamente la década de los 60 vinculándose a los jóvenes artistas plásticos norteamericanos. Participó en el movimiento de la psicodelia, trabajando directamente con Timothy Leary y Ralph Metzner, en experimentos relacionados con el LSD, y otras drogas alucinógenas, y su vinculación con el proceso creativo.

hugo mujicaHugo Mujica en 2006 / Foto: Polaco - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, Enlace

  Tras una breve etapa de acercamiento a la espiritualidad de la mano del hinduismo, Mujica conoció la vida monástica de la orden Trapense, orden en la que ingresó una semana después de asistir al Festival de Woodstock -"mi despedida del mundo", dijo riéndose en un reportaje-. Allí permaneció como monje bajo voto de silencio durante siete años. En ese mundo silencioso, comienza a escribir poesía, lo que no dejará de hacer desde entonces, siendo el género que él considera como la raíz de toda su obra.

  Regresa a la Argentina, a un monasterio de la misma orden Trapense. En Francia, en otro monasterio, deja la orden. Viaja a Monte Athos, en Grecia, para palpar el camino de la tradición hesicasta. De vuelta a la Argentina ya para establecerse, pasa un año de soledad en el campo, tiempo en que escribe su biografía para a continuación destruirla. Cuenta que lo que necesitaba era contarse a sí mismo lo vivido hasta entonces.

  De vuelta a Buenos Aires, y después de cursar parte del seminario, se ordena sacerdote. Después de unos pocos años de atender una parroquia, deja esa ocupación y se dedica por entero a la escritura.

  Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Casa de América. La editorial Visor, la más importante en lengua española y una de las referencias editoriales a nivel internacional en lo relativo a poesía, ha publicado sus últimos libros.

Fr. Antonio Praena

Orillas

afuera ladra un perro
a una sombra, o a su eco
o a la luna
para hacer menos cruel la distancia
siempre es para huir
que cerramos una puerta,
es desierto la desnudez que no es promesa
la lejanía
de estar cerca sin tocarse

                                 como bordes de la misma herida
adentro no cabe adentro,
no son mis ojos
los que pueden mirarme a los ojos,
son siempre los labios de otro
los que me anuncian mi nombre.