La confederación Santa María y Sto. Domingo reúne a 43 hermanas para fortalecer la unidad

Fr. Felicísimo Martínez acompañó a las hermanas de las federaciones Ntra. Sra. del Rosario, Sto. Domingo y la Inmaculada en un encuentro sobre vida fraterna

Con el tema Vida fraterna y relaciones humanas, comenzó el Encuentro de Monjas Jóvenes de la confederación Santa María y santo Domingo, realizado en la Casa Provincial de la Compañía de María, en Madrid, del 23 al 25 de octubre.

Fue invitado para estos días de reflexión Fr. Felicísimo Martínez, OP. Estuvieron presentes 43 hermanas de distintos monasterios de las tres federaciones: Ntra. Sra. del Rosario, Sto. Domingo y la Inmaculada, acompañadas por sus respectivas presidentas federales, sor Ana M.ª Martos, sor M.ª Dolores Pérez y sor M.ª Teresa Vilanova.

Fueron días llenos de convivencia, reflexión y fraternidad compartida. La finalidad de estos encuentros es poder estrechar lazos de unidad, oración, estudio y formación personal, ya que después de haber caminado durante muchos años como interfederación, hoy se consolida la confederación.

El eje principal de cada reflexión de Fr. Felicísimo estuvo centrado en la convivencia comunitaria y tener presente los orígenes de la Orden: “Volver siempre a Prulla” con una dimensión teologal y trinitaria en conexión con Dios. Además, hizo hincapié en que la oración comunitaria no suple la oración personal para poder vivir en plenitud el “Véritas” de la Orden de Predicadores.

Además de cada reflexión, las participantes se reunieron por grupos para contestar a preguntas relacionadas al tema de exposición. Durante la puesta en común se observó mucha sinceridad y libertad por parte de las hermanas, que expresaron su forma de pensar, sus miedos, sus alegrías y sufrimientos, lo que dio por resultado el enriquecimiento espiritual de las participantes.

Dentro del programa de estos días, se encontraba prevista una visita a la basílica de Ntra. Sra. de Atocha de los frailes dominicos, que se realizó el día viernes 24 por la tarde. Allí, muy puntuales, las esperaban a las monjas Fr. Miguel Ángel del Río, Fr. Rufino Callejo, Fr. Javier Carballo (provincial de la provincia de Hispania) y, más adelante, llegó el prior del convento, Fr. Juan Carlos Cordero. Fue un momento de encuentro fraterno.

Después de los saludos fraternos entre hermanos y hermanas de la Orden, pasaron a la capilla de la casa de los padres, en la cual les explicaron, entre muchas otras cosas, una de las tallas más preciadas del convento: la Madona de Madrid, que data aproximadamente del siglo XIII. Después de un rato de distensión se dirigieron a la basílica, donde rezaron todos juntos las Vísperas; terminado este rezo cantaron la Salve y O spem miram dominicanos dirigiéndose a la capilla donde se encuentran la imagen de sto. Domingo y la pila donde fue bautizado. Fue un momento muy emotivo. Y como todo comienzo tiene su fin, las hermanas retornaron a la casa de espiritualidad a continuar con su programa de encuentro fraterno, esta vez para compartir, después de la cena, momentos de distensión entre cantos, bailes y alegría desbordante.

El sábado, día 25 y última jornada de la reunión, comenzaron como no podía ser de otra manera con la santa eucaristía y las laudes, siempre bajo el resguardo fraterno del padre Felicísimo, que con esa sabiduría, sencillez y humildad que lo caracteriza profundizó su homilía una vez más en vivir la vida fraterna en plenitud, “arriesgándolo todo por amor de Jesucristo”. Después de la acción de gracias y el desayuno se dirigieron por última vez a la sala de reuniones para la evaluación final. Surgieron propuestas positivas y también algunas aclaraciones para mejorar, en lo sucesivo, estos encuentros que se prevé sean cada año. Todas las hermanas quedaron muy agradecidas por esta reunión que crea cada vez más lazos fraternos entre las federaciones. Finalmente, las tres presidentas federales, muy en comunión entre ellas, también manifestaron su beneplácito por estos encuentros tan llenos de vida y fraternidad, que junto a las secretarias de las federaciones trabajan encaminadas a mantener vivo el espíritu de sto. Domingo de Guzmán.