dominicosBienvenidos a Biên Hoà, sede del Capítulo General de la Orden de Predicadores
Crónica no oficial del 7 de julio del Capítulo de Vietnam
Hace nueve años hubo un Capítulo General electivo en Roma. Desde allí escribimos unas crónicas “oficiosas”, que fueron muy leídas. Ahora, desde Vietnam, me propongo ofrecer, a petición de la dirección de la página web dominicos.org, algunas crónicas, también oficiosas, que reflejen de forma un poco informal el ambiente de este Capítulo General electivo de Biên Hoà. Así se llama la ciudad en la que se desarrolla este capítulo, que se encuentra a una hora y media de coche desde Saigón. El Capítulo se reúne en el Seminario Mayor de la diócesis, un amplio complejo de varios edificios, en el que se forman más de 500 seminaristas mayores, de once diócesis diferentes.
El seminario, en estos momentos, está ocupado por los capitulares de la Orden y por todos los frailes y miembros de la Familia Dominicana que ayudan a que el Capítulo se desarrolle. Entre otros, muy especialmente, los jóvenes estudiantes dominicos de la Provincia “Reina de los mártires” de Vietnam, que fue edificada sobre la base que dejaron en estas tierras los dominicos españoles de la Provincia del Rosario. Aunque a mí me parece que las cifras significan lo que cada uno quiere que signifiquen, no cabe duda de que las que tiene en estos momentos la Provincia que acoge al Capítulo son muy alentadoras: 425 frailes, 85 estudiantes, 14 novicios y 24 postulantes. Como digo, son los estudiantes los que se están ocupando de las cuestiones de infraestructura. De ahí este pequeño homenaje que desde aquí les hacemos.
Las paredes del seminario están adornadas con banderolas de la Orden y con otras que tienen los nombres de cada una de las Provincias de esta Orden de 800 años, que ha sabido adaptarse a los distintos tiempos en los que le ha tocado evangelizar. Pues como muy bien dijo el Concilio Vaticano II, la “adaptación de la predicación de la palabra revelada es la ley de toda evangelización”. Eso, de una u otra manera, siempre ha estado en el espíritu de la Orden. La Palabra revelada es siempre la misma (en realidad la Palabra es Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre), pero la predicación cambia en función de las necesidades que la Palabra debe iluminar.
Los capitulares de la Provincia de Hispania somos cuatro, aunque hay otros frailes de la Provincia que están aquí en calidad de intérpretes o de miembros de la Curia generalicia. Digo bien de la Provincia de Hispania, porque hay otros capitulares o intérpretes de la Provincia del Rosario, e incluso de alguna otra Provincia, que son españoles. A los que hemos llegado el domingo, día 7, por la mañana, nos estaban esperando en el aeropuerto varios estudiantes. En el recorrido que hemos hecho desde el aeropuerto a la sede del capítulo, pasando por la casa provincial de Saigón, he podido darme cuenta de que Saigón es una ciudad moderna, con amplias calles de tres carriles casi todas, y algunas con seis (tres en cada sentido), con grandes edificios, comercios, bancos (sí, bancos, en este país socialista). En sus calles hay un tráfico denso, pero lo que llama la atención es la cantidad de motos que circulan junto a los coches. He calculado 10 motos por cada coche y creo que me quedo corto. En casi todas las motos había dos personas (en algunas hasta tres) y casi todas esas personas llevaban puesta una mascarilla. Son cosas que impresionan a un visitante occidental que nunca ha pisado Asia.
En el momento en que escribo esta crónica, domingo, 7 de julio por la tarde, está lloviendo. Hace un calor impresionante. Las habitaciones del seminario tienen aire acondicionado. Las “cosas serias”, por decirlo de alguna manera, empezarán mañana, lunes, día 8, por la tarde. Organizaremos la agenda del capítulo, se constituirán las comisiones y nos pondremos de acuerdo en otros detalles de procedimiento. El martes, día 9, empezará el día con la Misa del Espíritu Santo, y luego el plenario del Capítulo escuchará la relación del Maestro que acaba, fray Brunó Cadoré, la valorará y analizará los temas que considere más interesantes de la memoria de fray Bruno.
Fr. Martín Gelabert O.P.