La contemplación al servicio de la predicación
PredicaciónEl “rostro femenino del camino dominicano" desarrollado por la monja contemplativa Sor María Jesús Gil, dentro del año del Jubileo de la Orden de Pred...
Datos históricos relativos a la vida personal de Domingo o a su labor legislativa que permiten comentar ciertos rasgos de su relación con la Virgen María. Fr. Emilio García Álvarez, OP.
Fr. Julián de Cos, en este trabajo, recoge el conjunto de documentos legislativos que ha regido a las monjas dominicas desde los tiempos de santo Domingo hasta la actualidad.
Ofrecemos en internet la edición digital y en castellano de la Suma de Teología de Santo Tomás. La traducción la han realizado profesores dominicos, así como las introducciones y las notas.
Edición preparada por fr. Juan Mengual Moll O.P., del Convento de Predicadores de Valencia, y fr. Alfonso Esponera Cerdán O.P. de la Facultad de Teología de Valencia y publicada en la revista Teología Espiritual LVII (2014)
A lo largo de ocho siglos, la espiritualidad, la liturgia y la observancia regular de las monjas dominicas han ido evolucionando, al compás de la historia, hasta llegar a nuestros días. En esta obra hemos recopilado cinco textos en los que se puede apreciar cómo ha sido esta evolución en los siglos XIII al XVIII.
Existe una compenetración innegable entre el ministerio teológico en la Iglesia y el carisma dominicano, entre una experiencia institucional de la fe, tal como se vive en la Orden de santo Domingo, y la propensión a expresar esa fe según los recursos de la razón, ejerciendo un servicio doctrinal en la Iglesia y en el mundo. Esta compenetración entre ambos fenómenos eclesiales nació en una peculiar coyuntura histórica y ha conservado su vitalidad en la medida en que se ha mantenido el equilibrio de la estructura vital que la garantiza.
“Nos debemos a la muerte: nosotros y todo lo nuestro... Todo lo mortal perece”. La serenidad del clásico, con la aparente naturalidad de quien comunica el tiempo que hace o la hora del día, apenas disimula el pesimismo y la angustia ante un final sin otros horizontes. Nuestra conciencia espontánea se revela contra semejante forma de pensar. Sabemos que hemos de morir, que la vida humana es limitada, pero “nuestra” muerte, “nuestro” fin, y el de las personas que queremos, no se viven con la neutralidad que supone una constatación estadística o la experiencia diaria de la destrucción de la vida.
Reflexión a la luz del pensamiento del P. Arintero en la Evolución mística