Dom
28
Dic
2008

Homilía Domingo Infraoctava de Navidad

El Niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría

Introducción

            Como todo ser humano, Jesús fue, al menos en cierta medida, un producto de su familia. Ella influyó en el modo de ir haciéndose hombre Jesús de Nazaret, modo que para los cristianos es la referencia de vida humana. En buena lógica, cabe pensar que parte de la relación que Jesús tuvo con Dios y el amor por los pobres, marginados, desheredados y enfermos, lo aprendió de su familia. Tanto es así, que las imágenes centrales del reino de Dios son imágenes familiares: Padre (Dios), hermanos (los seres humanos).

            A lo largo de la historia, muchas veces los cristianos hemos configurado una Sagrada Familia a nuestra medida, atribuyéndole las cualidades y virtudes de lo que en cada momento las diversas culturas han considerado como familia ideal. ¿Fue realmente así la familia de Jesús? Los cristianos sabemos que en aquella familia estuvo presente el gran regalo de Dios: Jesús. Pero la presencia cercana y palpable de Jesús no excluyó los problemas, la incomprensión y hasta los conflictos, sino que fue la causa de las dificultades y las tensiones que se produjeron dentro y fuera de aquel hogar de Nazaret.

            La familia cristiana de hoy es la que escucha el mensaje del reino de Dios en nuestro mundo, lo acoge y lo vive, aun a costa de tener que soportar situaciones problemáticas e incómodas, incluso dolorosas. En eso consiste el ejemplo que para nosotros los creyentes representa la familia de Jesús.