Dom
25
Feb
2018

Homilía II Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)

Escuchadlo

Introducción

En el tiempo de Cuaresma no falta, en ninguno de los tres Ciclos litúrgicos, un domingo, el segundo en concreto, dedicado a considerar la Transfiguración del Señor. Esto además de tener esta fiesta un día dedicado a celebrar este misterio de la Transfiguración, que es el 6 de agosto. Pero, al incorporarlo como tema cuaresmal, pretende la Iglesia fijarse en él como paréntesis en el camino a la Cruz con parada y fonda. Es cuestión de reparar fuerzas y recibir aliento en el camino áspero a la Pasión del Señor. Y la fonda lo que nos ofrece  es la consideración de lo que ocurrirá al final: la resurrección de quien muere y padece por nosotros. El fin edulcora lo amargo de los acontecimientos de la Pasión.

Y la liturgia nos lo aclara por un acontecimiento lleno de contradicciones, cual es el sacrificio del hijo de Abrahán. Incomprensible y abominable y que solo se explica como prueba de Dios a lo más duro de los sentimientos de Abrahán: matar a su hijo, quien además era la única posibilidad para realizarse como padre de todos los creyentes.