Dom
22
Jul
2018

Homilía XVI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)

Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco

Introducción

El domingo pasado escuchábamos en el Evangelio cómo Jesús enviaba a los Doce de dos en dos a predicar y curar. Llega ahora el momento de volver junto al Maestro, de compartir con Él lo vivido en los caminos, los hogares y las plazas que han visitado; acogida y rechazo, éxito y fracaso. Y de compartir con Él también el descanso necesario después del duro trabajo.

Una vida sana requiere de equilibrio entre el trabajo y el descanso. Descanso del cuerpo; pero también del alma, para lo que se requiere del juego y la diversión. Recoge Santo Tomás una historia según la cual, habiéndose escandalizado algunos de sorprender a San Juan Evangelista jugando con sus discípulos, mandó éste a uno de ellos que arrojara una flecha. Tras hacerlo repetidamente le dijo el Santo: “¿Podrías hacerlo continuamente?”. “No -respondió-; se rompería el arco”. “Eso mismo le sucede al alma si se mantiene siempre en la misma tensión”, añadió el Santo.

Dios nos quiere sanos. No nos quiere esclavos ni del ocio ni del negocio, ni por cuenta ajena ni por cuenta propia (pues a veces somos nosotros mismos los que nos colgamos el yugo).