Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios

Beato Ambrosio Sansedoni

Beato Ambrosio Sansedoni

Fue compañero de Santo Tomás de Aquino en París y enseñó con él en las escuelas Dominicas de Colonia. Se dedicaba a la predicación y a la pacificación, de manera que fue solicitado por los políticos de su tiempo, incluso el Papa. Fue uno de los misioneros del grupo que se dedicó a la evangelización de Hungría.

Presbítero

Ambrosio nació en Siena (Toscana, Italia) en 1221 y entró muy joven en la Orden, siendo condiscípulo de santo Tomás en París y profesor en Colonia con san Alberto Magno. Fue a la vez sabio y sencillo y ejerció el ministerio de la predicación junto con su trabajo de catedrático, haciendo todo con gran perfección, y trabajando intensamente por la paz.

Murió repentinamente en Siena el día 20 de marzo de 1287, según se cree, a consecuencia del ímpetu con que predicó un sermón contra la usura. Su cuerpo se venera en la iglesia de Santo Domingo. Su culto fue confirmado en 1622.

Del Común de pastores o de religiosos.

Oración colecta
Dios lleno de misericordia, que la celebración
de la memoria del beato Ambrosio
alegre a tu Iglesia;
concédenos, por su intercesión,
la ayuda de tu gracia
para que también nosotros
seamos en la Iglesia
portadores de paz y de doctrina
y merezcamos llegar a los gozos eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.


El mismo día 8 de octubre

Beato Mateo Carreri

Presbítero

(1420-1470) Juan Francisco Carreri nació en Mantua (Lombardía, Italia) y al entrar en la Orden recibió el nombre de Mateo. Contempló y predicó el misterio de la cruz. Fue extraordinario en la pureza de vida y la concluyó con una muerte preciosa y santísima. Murió en Vigévano (Lombardía), donde había ido a predicar, el 5 de octubre de 1470 y su cuerpo se venera en la iglesia de San Pedro Mártir. Su culto fue confirmado en 1625 y 1742.

Del Común de pastores o de religiosos.

Oración colecta
Señor y Dios nuestro,
aviva en nuestros corazones
el amor a la pasión
y a la cruz de Cristo para que,
por la intercesión del beato Mateo
y siguiendo su ejemplo,
participemos en sus dolores
para merecer la participación en su gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

Liturgia de las Horas. Propio O.P.