Jue
5
Ene
2012

Evangelio del día

Has de ver cosas mayores

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3,11-21:

Queridos hermanos:
Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas.
No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva permanentemente en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero si uno tiene bienes del mundo y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestro corazón ante él, en caso de que nos condene nuestro corazón, pues Dios es mayor que nuestro corazón y lo conoce todo. Queridos, si el corazón no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios.

Salmo de hoy

Salmo 99 R/. Aclama al Señor, tierra entera

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 1,43-51

En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice:
«Sígueme».
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • “El que odia a su hermano es un homicida”

San Juan, tanto en su evangelio como en sus cartas, habla del amor cristiano y saca varias consecuencias. El fundamento del amor de un seguidor de Jesús es que Él nos ha amado, ha dado su vida por nosotros. La consecuencia es clara, si Él nos ha amado, también nosotros tenemos que amar a nuestros hermanos, si Él ha dado su vida por nosotros, también nosotros tenemos que dar la vida por los demás. Seguimos con la “lógica cristiana del amor”: si el amor, el amar a nuestro hermanos es lo que nos lleva a la vida, lo que nos hace pasar de la muerte a la vida… dos consecuencias. Primera, el que no ama permanece en la muerte. Segunda, el que no ama, el que odia a su hermano es un homicida, mata a su hermano, porque no le ofrece su amor, la fuente de la vida. Después de lo dicho, no es extraño que San Juan nos anime a amar “de verdad y con las obras y no de palabra y de boca”.

  • “Has de ver cosas mayores”

El evangelio nos relata el encuentro de Jesús con Felipe y Natanael y su invitación a seguirle. Aunque cada seguidor de Jesús vive este encuentro desde su personalidad única y, por tanto, con rasgos únicos, es también verdad que hay puntos comunes en todo encuentro con Cristo Jesús. En todos ellos se produce una seducción. El llamado, el “encontrado” por Jesús queda cogido, seducido, atrapado por su personalidad, principalmente a través de sus palabras y del amor que le ofrece. El llamado, el “encontrado” por Jesús va experimentado que le muestra y le hace vivir “cosas mayores” que las del primer día. El llamado, el “encontrado” por Jesús experimenta que, pase lo que pase en su vida, Jesús nunca le dejará, nunca le dará la espalda, y por eso vive una esperanza que apunta hacia una eternidad de completa felicidad.