Florencia celebra a Fra Angélico, el fraile pintor del Renacimiento

La gran exposición ‘Fra Angelico’, en el Palazzo Strozzi y el Museo de San Marco, reúne más de 140 obras del dominico fra’ Giovanni da Fiesole, setenta años después de la última gran muestra en Florencia

Florencia acoge hasta el 25 de enero de 2026 la gran exposición Fra Angelico, un recorrido único por la obra del fraile dominico fra’ Giovanni da Fiesole (c. 1395–1455) que se despliega en dos sedes emblemáticas: el Palazzo Strozzi y el Museo di San Marco. La muestra abrió al público el 26 de septiembre y propone un diálogo entre ciudad y convento, entre el ámbito cultural florentino y el espacio donde el pintor oró y trabajó.

Se trata de la primera gran retrospectiva florentina sobre fra angélico en más de setenta años, con más de 140 piezas —pinturas, miniaturas, dibujos y esculturas— y préstamos excepcionales de instituciones como el Louvre, el Metropolitan Museum, la Gemäldegalerie de Berlín, la National Gallery de Washington, los Museos Vaticanos, la Alte Pinakothek de Múnich y el Rijksmuseum. El proyecto ha permitido reunir partes de retablos dispersos y presentar obras recientemente restauradas.

La curaduría está encabezada por Carl Brandon Strehlke, conservador emérito del Philadelphia Museum of Art, junto con stefano casciu (dirección regional de museos nacionales de toscana) y angelo tartuferi (museo de san marco). El itinerario del Palazzo Strozzi se organiza en salas temáticas —desde los inicios hasta los grandes encargos y el diálogo con los Médici—, mientras que el Museo di San Marco sitúa las obras en el entorno conventual que inspiró su predicación por la imagen.

Desde el primer día, la ciudad respondió con entusiasmo: se registraron largas colas en ambas sedes durante el preestreno, un verdadero “ritual colectivo” que subraya la vigencia del patrimonio espiritual y artístico del fraile pintor.

La exposición subraya el paso del gótico tardío al lenguaje renacentista y la relación de fra angélico con maestros como Lorenzo Monaco, Masaccio y Filippo Lippi, así como con los escultores Lorenzo Ghiberti, Michelozzo y Luca della Robbia. El uso de la luz, la perspectiva y el espacio —tan característicos de su obra— se presentan aquí como fruto de una fe contemplativa al servicio de la predicación.

Varias obras han sido objeto de intervenciones recientes de conservación, como el histórico retablo de San Domenico, cuya restauración ha revelado capas y transformaciones que ayudan a comprender mejor la técnica y el contexto devocional del artista. Estas actuaciones permiten hoy contemplar con nueva claridad el alcance teológico y estético de su pintura.

Para la Familia Dominicana, la muestra es también una invitación espiritual: los frescos y tablas de fra angélico nacieron para educar la mirada del creyente y acompañar la vida litúrgica de la comunidad. San Marco —con sus celdas, corredores y claustros— recuerda que el arte de este fraile dominico fue, ante todo, un modo de predicar la luz de Cristo.