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“Tres vías de «contemplación» del misterio de Dios: la fraternidad vivida, la oración y el estudio”

13 de julio de 2018

El Consejo Ampliado de la Provincia de Hispania contó con la presencia de fray Bruno Cadoré, maestro de la Orden de Predicadores

  Durante la segunda semana de julio se celebró en Caleruega el Consejo Ampliado de la Provincia de Hispania. La finalidad de este Consejo fue la de tratar cosas que se consideren útiles para el bien de la Provincia, revisando si se van llevando a la práctica ordenaciones y exhortaciones del primer Capítulo Provincial de la Provincia y del último Capítulo General. Los contenidos del Consejo se centraron en las cuatro prioridades apostólicas y en las tres tareas urgentes. El compromiso misionero de la Provincia en sus vicariatos y casas extraterritoriales fue otra de las proyecciones apostólicas sobre las que se centraron los asistentes.

Dejarnos enseñar por la santidad de Domingo

  El Maestro de la Orden se hizo presente en el Consejo interviniendo en la primera mañana con una reflexión sobre la vida consagrada y la vida dominicana, animando a la Provincia en su capacidad de renovación “aunque tenga muchos siglos de historia” al provenir de provincias centenarias. En la tarea de construcción de la nueva Provincia el Maestro aconsejó a “Dejarnos enseñar por la santidad de Domingo”. A ser apóstoles que sueñan alcanzar la santidad predicando el evangelio, comprometiendo su vida, en el compromiso de Dios tal y como Jesús lo manifiesta”.

  Fray Bruno fue exponiendo las distintas reflexiones que se están haciendo en varios ámbitos eclesiales en torno a la vida consagrada y finalizó su exposición con una convicción: “cualquier reflexión sobre la vida religiosa debe llevarse a cabo en función de su pertenencia a la dinámica de la misión de la Iglesia, de la Iglesia en permanente estado de misión. La vida religiosa tiene que estar en condiciones de responder a las necesidades de la Iglesia en estado permanente de misión”.

  ¿Qué pide la Iglesia hoy en día a la Orden? Basándose en experiencias personales en su tarea como Maestro, considera que la Iglesia pide a la Orden tres cosas que son propias de su carisma: la pobreza, misericordia y defensa de los derechos de la persona; la promoción de inteligencia humana y el diálogo con los que no son creyentes.

  A nivel más concreto, el Maestro enumeró otras misiones que la Orden puede ofrecer a la Iglesia: la formación de los laicos; la educación, dimensión fuerte de la Provincia de Hispania, ya que es y fue misionera al haber mantenido siempre el servicio de la educación de la gente; una atención más propia y significativa a las parroquias, donde la misión principal sea la inteligencia de la fe, la calidad de la predicación, el gozo de ser cristiano por el gozo de pertenecer a una comunidad; el Movimiento Juvenil Dominicano y las nuevas tecnologías, que son lugares y ocasiones a ser llamados por la Iglesia.

«El momento de la Orden»: Principales desafíos para la Orden en el contexto de los dos jubileos (2016 – 2021)

  En su segunda intervención el Maestro enmarcó la construcción de la nueva Provincia en un tiempo de gracia entre el Jubileo de la fundación de la Orden y el de la muerte de Santo Domingo, animando a “vivir este tiempo como tiempo favorable, para entender mejor la llamada a la evangelización. Un tiempo para leer los signos de los tiempos, para profundizar en nuestra humanidad, en gozos y temores, condiciones y dudas”.

  Una prioridad en este tiempo es el “arraigo de nuestra vida en la contemplación de la Palabra de Dios. Poner tiempo y medios para conocer la Palabra que tendrán que predicar. Entrar en la Palabra para entrar, cada uno desde su situación personal, en el gran relato de la Alianza”.

  La mejor imagen que refleja el espíritu que tiene que impulsar a la Orden y a la Provincia en este tiempo es la de “una `comunidad de discípulos´, que expresa la convicción que anima a la Orden a saber que la unidad en un mismo `envío para predicar´, en la diversidad de los dones de cada uno, la diversidad de las culturas y la diversidad de los contextos humanos, sociales y eclesiales, hace posible una diversidad de la predicación que construye y consolida la unidad de todos en pertenecer a una única y misma comunión fraterna”.

La fraternidad vivida, la oración y el estudio

  La comunidad de discípulos debe promover una iglesia evangelizadora y debe apoyarse en comunidades cuya unidad se haga por medio de tres vías de «contemplación» del misterio de Dios: la fraternidad vivida, la oración y el estudio. 

  Los predicadores que forman parte de esa comunidad de discípulos deben actuar, a juicio del Maestro, como «centinelas» del Reino que viene: centinelas de lo humano (Justicia y paz, integridad de la creación…); centinelas de la verdad, en estos mundos del pluralismo cultural e interreligioso; centinela de la unidad, en el campo de los nuevos modos digitales de comunicación; centinelas de las comunidades de evangelización (parroquias, «centros dominicos» en el corazón de las ciudades, migración, mundos indígenas, pastoral y devoción popular, predicación del Rosario, pastoral en el mundo universitario, nuevo continente digital de la predicación, enseñanza de la Teología y formación de los laicos, predicación por medio del arte…

  El Maestro concluyó su intervención recordando un desafío fundamental de la Orden en la actualidad: el de la inteligibilidad de la fe, la inteligibilidad teológica del mundo con el fin, “no de ser una Orden de intelectuales, sino una Orden que crea en la capacidad de la humanidad. En el corazón de todo: compasión y misericordia, abriendo el camino del retorno hacia la fuente: configuración con Cristo, predicador, del cual tenemos el deseo de volver a ser discípulos.

Informaciones sobre la misión de la Provincia

  En la tarde del sábado intervino el prior provincial de la Provincia de Hispania para centrarse en la fidelidad como una de las dimensiones más importantes y a tener en cuenta en la nueva Provincia. ‘Nos hemos unido’ por fidelidad, decía, a Dios y a los signos de los tiempos. La fidelidad ha de seguir siendo nuestro discernimiento y contraste. Posteriormente se centró en algunas dimensiones del gobierno en relación a la corresponsabilidad y subsidiaridad, a la disponibilidad para las nuevas asignaciones, a una vida comunitaria ‘que transmita vida y se de vida entre sus miembros’, al trabajo apostólico con otras instituciones de la Iglesia, de la vida consagrada y de la sociedad civil, a la colaboración de la provincia con otras instituciones de la Orden, etc.

  A continuación intervino el prior provincial de la Provincia de San Juan Bautista del Perú para informar de la situación de las comunidades que pertenecían al Vicariato Santa Rosa y que se integraron en la Provincia del Perú, y de la situación de las misiones con los pueblos amazónicos.

  Posteriormente los vicarios del Vicariato Antón de Montesinos y del Vicariato Pedro de Córdoba presentaron la situación de cada una de las entidades y los retos para el futuro.

  Los sucesivos días del Consejo versaron sobre las distintas misiones de la Provincia que se engloban en las cuatro prioridades apostólicas (vida intelectual, educación, justicia y paz y diálogo fe - cultura y medios de comunicación) y en las tres tareas urgentes (vocaciones, enfermos y replanteamiento de nuestras presencias).

  El último día los asistentes al Consejo se reunieron en grupos para tratar distintas cuestiones referentes al futuro de la Provincia: las prioridades en la misión, el estilo y vida de comunidad y la espiritualidad con la que afrontar los retos que se nos plantean.

Palabras finales del Prior Provincial

  En el discurso final, el Prior Provincial comenzó valorando la situación actual de la Provincia: “Después de estos dos años, más allá de la ilusión del nacimiento del Capítulo Provincial, ahora ya conocemos la realidad de la Provincia en el momento actual, con sus fuerzas y debilidades. El cuerpo y alma de la Provincia comienza a tener su propio rostro. Durante los próximos años tendríamos que hacer un esfuerzo por mantener las cosas pero también la novedad de lo que está surgiendo”.

  Y planteó la necesidad actual y de futuro, para la Provincia, “de la configuración de marcos de vida, marcos de experiencia, marcos de pensamiento que inspiran y avalan decisiones, cuidan formas de vida, nos permiten organizarnos mejor”.

  El Provincial señaló algunas decisiones más concretas acerca de las distintas misiones e instituciones de la Provincia y a implementar en los dos próximos años con respecto a: los conventos de formación (reforzando aún más las comunidades formativas del prenoviciado, noviciado y estudiantado). Se irán situando la formación institucional en los marcos que nos señalan la Iglesia, la Vida Consagrada y la propia Orden. También las nuevas Rationes de formación y estudio que está configurando la Provincia.); la formación permanente a impulsar desde abajo, impulsando la necesidad de enriquecerse en la experiencia de la propia vida personal y comunitaria; la Pastoral Juvenil y Vocacional; los Vicariatos y su integración en el conjunto provincial; la misión intelectual será especialmente impulsada a partir del plan estratégico que nos sugieren las Rationes Generalis y los informes AVEPRO de las Facultades. Se potenciarán mayores exigencias para el estudio en el ciclo institucional permitiendo, así, elevar el nivel intelectual de la Provincia en los próximos años para reforzar nuestra presencia intelectual en la iglesia y sociedad española. Respecto a la prioridad de la Justicia y la Paz, se reforzará el último de los proyectos de esta área como es el Observatorio de Derechos Humanos, en colaboración con Confer nacional y locales; la misión educativa con la posible incorporación del Colegio ‘San Vicente Ferrer’ de Valencia a la FESD; al diálogo con las artes, acompañando el proyecto de Olumen y sus iniciativas; la evangelización del ‘continente digital’ desde el propio medio como un desafío novedoso para los medios de comunicación que ostenta la provincia con su Oficina de Comunicación y Predicación. Por último y respecto a la economía una mejor racionalización de nuestros recursos equilibrando las necesidades de la misión y de los frailes con la dimensión solidaria, evangélica y compasiva, con otros.

  Tras su intervención y el diálogo, la sala fue unánime a la hora de plantear la necesidad de que estas tareas no sean solo una responsabilidad del Prior Provincial, sino también para cada uno de los priores.