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La Predicación, Misión de los Laicos dominicos

5 de mayo de 2017
La Predicación, Misión de los Laicos dominicos

 Carta a los participantes del Congreso de las Fraternidades Dominicanas de América Latina y el Caribe

Queridos hermanos y hermanas:

Permítanme expresarles la inmensa alegría que siento al encontrarlos reunidos en este Congreso de Fraternidades Dominicanas de América Latina y el Caribe que se desarrolla los días 26, 27 y 28 de marzo del corriente año, en San Pablo (Brasil). Como hermanos y hermanas en Santo Domingo, han venido desde sus comunidades de origen para compartir momentos de oración, reflexión y fraternidad con el lema La Predicación, Misión de los Laicos dominicos. El lema es además consecuente con el propuesto este año para la novena  de preparación del Jubileo de la Orden: "¿Cómo saldrán a predicar sin ser enviados?" (Romanos 10,15).

Mirar al pasado…

Santo Domingo atrajo con la Palabra de Dios no sólo a aquellos que entraron en la Orden como religiosos -los frailes o las hermanas contemplativas- sino también a los seglares que se adhirieron desde los comienzos a la Santa Predicación.

En 1285, hace 725 años, fray Munio de Zamora, séptimo Maestro de la Orden, cuya tumba se conserva en nuestra basílica de Santa Sabina en Roma, queriendo dar a los laicos que vivían las inspiración evangélica de Santo Domingo una estructura más sólida, propuso una regla para aquellos que estaban más directamente vinculados a la Orden estableciendo la Regla de los Hermanos y Hermanas (seglares) de la Orden de Predicadores.

A los que aceptaron esta propuesta se les abrió una nueva forma de participación directa y activa en el ministerio apostólico de la Orden. De ahí surgió una rama auténtica en el árbol de Santo Domingo que perpetuándose hasta nuestros días, constituye el laicado dominicano.

Las fraternidades laicales -cuya Regla fue finalmente aprobada por Inocencio VII en 1405- se establecen bajo la jurisdicción del Maestro de la Orden y son incorporadas a la vida  y ministerio de los predicadores. Desde ese momento, las comunidades de seglares que se formaban entorno a las comunidades de frailes pasaron a ser verdaderas comunidades de  laicos predicadores que oficialmente participaban del carisma y misión de Domingo: predicar la Palabra de Dios.

Así, de manera continuada a lo largo de la Historia de la Orden, los laicos dominicos no han dejado de llevar como lema las palabras de San Pablo: "Predicar el Evangelio no es para mi ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. ¡Ay de mi si no predico el Evangelio!" (1 Cor. 9, 16).

El Congreso será ocasión también para celebrar los 500 años de presencia de la  Orden de Predicadores en América. En septiembre de 1510, llegó a la Isla Hispaniola (Quisqueya en lengua nativa), isla del Caribe que hoy comparten la República Dominicana y Haití, la primera comunidad de frailes dominicos en América. La vida y predicación de esos frailes en tierras americanas promovió, entre otras cosas, la decidida defensa de los habitantes originarios sometidos a las injusticias que les infligieron muchos de los colonizadores que los explotaban y esclavizaban.

El sermón de fray Antonio de Montesinos (1480-1540), que predicó en nombre de la comunidad un domingo de Adviento de 1511, se ha convertido en un verdadero icono de nuestra misión. Sigue impresionando hoy aquella pregunta que dirigió a sus oyentes cuando

-refiriéndose a quienes eran oprimidos por la codicia de unos pocos- exclamó: “¿Acaso éstos no son hombres?”.

El testimonio evangélico de aquellos frailes hizo que Bartolomé de las Casas (1484- 1566) –entonces clérigo secular y encomendero- reflexionara e ingresara él mismo a la Orden de Predicadores. Así se convirtió en uno de los más insignes defensores de los nativos de esas tierras. El constante diálogo entre los frailes misioneros y los frailes profesores en Salamanca

–entre otros fray Francisco de Vitoria (1486-1546)- sigue inspirando nuestra misión: dedicarnos por entero a la evangelización íntegra de la Palabra de Dios.

… para comprender el presente

Los miembros de las Fraternidades Laicales Dominicas celebran el primer Congreso de este tipo en América Latina y El Caribe. Anteriormente se reunieron por primera y única vez en el mes de junio de 1987, en Bogotá, Colombia, por iniciativa del Coordinador de Familia Dominicana, fray Baltasar Hendriks OP. Aquel encuentro fue propicio para conmemorar el segundo aniversario del Primer Congreso Internacional del Laicado Dominico, celebrado en Montreal, Canadá, y en preparación de la VIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, cuyo tema fue "La Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el Mundo".

¿Cómo olvidar la celebración del II Congreso Internacional de Fraternidades, realizado en Pilar, Buenos Aires, Argentina, en marzo de 2007? Con gratitud al Señor y a Santo Domingo, recuerdo especialmente esos días compartidos con los laicos provenientes de todo el mundo (56 delegaciones, de las cuales 21 pertenecían a la región de América Latina y el Caribe). Posteriormente, el Consejo Internacional de Fraternidades Laicales de Santo Domingo se reunió a fines del mismo año para redactar la versión definitiva de las Actas del Congreso que me fueron presentadas.

Sin duda este Congreso ha sido muy importante para tomar conciencia de la importancia de una organización internacional para los laicos dominicos y del valor que  tienen las estructuras de coordinación nacionales y regionales. Por mi parte, les agradezco el empeño y la dedicación de quienes han contribuido a dar vida a esta organización -en sus distintos niveles- y confío en que pueda ser provechosa para impulsar cada vez más la misión de los laicos en América Latina y el Caribe. No olviden, sin embargo, que es en la propia fraternidad, como afirma la Regla, donde se nutre y aumenta el compromiso de cada uno en  su vocación (cf. Regla de las fraternidades laicales de Santo Domingo, nº 15).

Un papel muy importante en la organización y promoción de las fraternidades compete a los Consejos Provinciales y Nacionales. En los últimos años, como signo de la renovación del laicado dominico, las fraternidades de cada provincia se han agrupado en cinco redes regionales. Estas redes regionales son: África: Consejo Africano de Fraternidades Laicales Dominicanas (ACLDF); Asia - Pacífico: Consejo de Laicos Dominicos de Asia Pacífico (APCLD) Europa: Consejo Europeo de Fraternidades Laicales Dominicas (ECLDF) América Latina: Consejo de las Fraternidades Laicales Dominicas de América Latina y el Caribe (COFALC); América del Norte: Consejo Inter-Provincial de Laicos Dominicos (DLIPC). Finalmente, cada una de estas redes envía un representante al Consejo Internacional de Laicos Dominicos (ICLDF).

Para continuar tejiendo lazos en orden a una misión más eficaz en América Latina y el Caribe, han querido organizar esta importante iniciativa que los reúne en estos días. Me alegra también que hayan invitado a miembros de las otras ramas de la Familia Dominicana. Celebro especialmente la presencia del Promotor Internacional del Laicado, mi hermano David Kammler OP a quien saludo con gratitud por su encomiable tarea en favor del Laicado de la Orden. Saludo a los anfitriones, miembros del Consejo de las Fraternidades de Brasil y a su asistente religioso fray Luis Antonio Alves OP. Les agradezco el esfuerzo que han hecho para acoger a hermanos seglares de América Latina y el Caribe. Agradezco también la colaboración de toda la Familia de Santo Domingo en Brasil, siempre tan cálida y generosa.

Todos ustedes han sido llamados a ser laicos, hijos e hijas de Santo Domingo, predicadores de la Palabra. Para profundizar en el sentido de esa vocación han preparado diversos talleres. Cada uno ofrece tonalidades que merecerían un comentario específico porque ayudan a comprender desde una perspectiva laical de la misión de la Orden en la región.

En efecto, esos temas penetran a fondo en la vocación de los seglares a través de preguntas que necesitan una respuesta actual. Frente al desafío de la pobreza y el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas, estamos llamados a ser compasivos como Santo Domingo  (un Buen Samaritano en su tiempo): ¿Quiénes son los que están al borde del camino? ¿Qué podemos hacer por ellos? Comprometidos con el destino de nuestros países, muchos de los cuales celebran en estos años el Bicentenario de su independencia, debemos plantearnos cuál es el alcance de nuestra “voz” y “voto” en la organización política y social. Vivimos en una casa común, la “Tierra”, y no podemos ser indiferentes al desafío de custodiar la creación, como nos lo recordaba el Papa Benedicto XVI en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2010. ¿Y nuestro compromiso con las nuevas generaciones? ¿Qué estamos haciendo?

¿Qué podemos hacer? Contemplamos a niños, adolescentes y jóvenes vulnerables ante tantas agresiones y desigualdades. ¡Ellos son las nuevas generaciones! ¡Son el futuro de la humanidad! ¿Qué estamos haciendo por ellos? ¿Cuál es nuestra incidencia en el mundo de la familia, en la educación?

… y proyectar el futuro

Fieles al estilo de la Orden, en estos días dialogarán sobre los desafíos y objetivos, establecerán prioridades y planificarán el trienio; se reunirán los representantes de las  diversas Zonas que componen la región; algunos elegirán los equipos de conducción de sus respectivas zonas y finalmente celebrarán la 3a Reunión de COFALC para elegir al Coordinador del trienio 2010-2013.

En este Congreso vuelven a encontrarse para renovar el espíritu y llenarse de nuevas energías de modo de poder cumplir la Misión: anunciar la Buena Nueva, con sus trabajos, con su testimonio, con su palabra. Que este encuentro sea provechoso para todos, que compartan fraternalmente los gozos y esperanzas, tristezas y angustias propias de la vocación a la cual han sido llamados y al terminar la reunión les quede la paz que solo el Señor puede dar.

Dado en Roma, el 25 de marzo de 2010, Solemnidad de la Anunciación del Señor.

Fr. Carlos A. Azpiroz Costa OP Maestro de la Orden

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