Dom
28
Feb
2021

Homilía II Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)

Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo

Pautas para la homilía de hoy


Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Subir al monte y ampliar la mirada

La pequeña Mafalda decía que la vida es linda, lo malo que muchos confunden linda con fácil. La vida implica felicidad y esfuerzo. No podemos potenciar solamente una de las dos dimensiones. El relato de la Transfiguración, que hoy nos regala la liturgia cuaresmal, nos ayuda a comprender que el camino de la cruz también será el camino de la resurrección. Será la experiencia de salir de lo falso hacia lo verdadero. Dios actúa en nuestra historia abriendo el cielo sobre lo cotidiano de la vida. Es un momento luminoso en este viaje de la fe hay que saber descubrir y disfrutar. Por eso necesitamos una nueva forma de mirar la realidad. Para ayudar a tener esta mirada Jesús emprende con los discípulos el camino al monte. Es necesario subir, dejar lo llano, lo seguro, lo conocido e ir hacia arriba. Toda subida implica esfuerzo, pero al mismo tiempo nos posibilita tener una mejor visibilidad y ser más libres.

La experiencia que comparten los discípulos les descubre algo oculto e inaccesible. Es un momento de intimidad. La luz de Dios los envuelve. Esa misma luz les abrirá los ojos para reconocer a Jesús resucitado.

En la Transfiguración aparecen junto a Jesús Moisés y Elías. La experiencia de la Transfiguración es tiempo de dialogo y escucha, de calidad en las relaciones. Jesús es el Hijo amado, en que llegan a su cumplimiento las esperanzas expresadas en la alianza y la ley. Es contemplación de la identidad profunda de Jesús.

Necesitamos momentos como este: Jesús es la verdadera Luz que trasforma e ilumina la vida. Luz que ilumine la oscuridad que a veces parece envolver la realidad cotidiana.

Cuaresma puede ser entonces un tiempo oportuno de hacer juntos un camino nuevo que nos ayude a ser más libres para amar, servir y entregar la vida como Jesús lo hizo, para destruir el egoísmo y la indiferencia. Como nos recordaba el Papa Francisco: “La vida subsiste donde hay vinculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando construye sobre relaciones verdaderas y lazos de fidelidad.” (Fratelli tutti 87).