San Pío V, el pontífice dominico que mantuvo el hábito blanco y lo convirtió en símbolo papal
El Papa dominico Michele Ghislieri marcó con su elección un antes y un después en la vestimenta del sucesor de Pedro
Hasta mediados del siglo XVI, los papas vestían generalmente túnicas de color púrpura o rojo, siguiendo la tradición del Imperio romano y su simbolismo de dignidad y poder. Sin embargo, con la elección del dominico Michele Ghislieri como papa en 1566, con el nombre de Pío V, esa costumbre cambió para siempre.
Fiel a su vocación y a la austeridad de su vida religiosa, Pío V decidió conservar el hábito blanco de la Orden de Predicadores incluso tras su elección como obispo de Roma. Este gesto, cargado de sencillez y firmeza, no solo subrayaba su identidad dominicana, sino que también daba un nuevo significado al modo de vestir del Papa.

Desde entonces, el blanco se convirtió en el color habitual de la vestimenta pontificia, no por mandato ni norma litúrgica, sino por la fuerza del testimonio de un fraile que deseaba seguir siendo predicador, también en la cátedra de Pedro. El atuendo blanco, asociado hoy a la figura del Papa, tiene su raíz en el hábito de santo Domingo de Guzmán y en la coherencia evangélica de uno de sus hijos más ilustres.
Esta herencia permanece viva cada vez que vemos al Papa vestido de blanco: un recordatorio silencioso de humildad, de vida religiosa y de fidelidad al Evangelio. El hábito blanco de Pío V sigue predicando siglos después, como símbolo de una Iglesia que se reviste de luz, verdad y sencillez.

Durante el presente cónclave, se puede distinguir entre los cardenales a uno que viste el hábito blanco dominicano: el exmaestro de la Orden de Predicadores y cardenal Fr. Timothy Radcliffe OP, quien pidió permiso expreso al Papa para conservar su hábito al ser creado cardenal. Es, además, el único cardenal del cónclave que no ha sido ordenado obispo, testimonio de su vocación religiosa y de su deseo de servir desde la fraternidad predicadora.