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“Hacia lo alto”: la fe alegre y radical del beato dominico Pier Giorgio Frassati

4 de julio de 2025

La vida del beato Frassati demuestra que la santidad también se predica desde la montaña, la amistad y el estudio

Un joven normal… con un fuego extraordinario por dentro

El beato Pier Giorgio Frassati no fue sacerdote, ni religioso, ni mártir. Fue un joven laico, estudiante de ingeniería, con amigos, familia, deporte, estudios, ilusiones y, sin embargo, vivió una vida absolutamente radical, tan radical como el Evangelio mismo. Su secreto no fue retirarse del mundo, sino encarnarse profundamente en él. Vivió solo 24 años, pero cada uno de esos años fue una predicación viva, como buen laico dominico.

En tiempos donde la fe puede parecer apagada o lejana para muchos jóvenes, el beato Pier Giorgio nos recuerda que seguir a Cristo no es una opción triste, ni una vida a medias. Su testimonio sigue siendo actual, necesario y profundamente provocador también para nosotros, los dominicos y dominicas, en medio de nuestra realidad en España.

1. Una santidad con rostro alegre

El beato Pier Giorgio Frassati rompe el molde del santo serio, inaccesible o desencarnado. Su vida es la prueba de que la alegría y la santidad no están reñidas. Más bien al contrario: se alimentan mutuamente. Era bromista, deportista, extrovertido, pero, sobre todo, tenía el corazón lleno de Dios.

Su alegría no era superficial: brotaba de una vida de oración silenciosa, de la Eucaristía diaria, del Rosario, de la meditación de la Palabra. El beato Pier Giorgio se dejó transformar por el amor de Cristo, y eso se notaba: en su mirada, en sus gestos, en su forma de amar a los demás.

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2. Un dominico con las manos en la tierra y los ojos en el cielo

Como miembro de la Tercera Orden de Santo Domingo (Fraternidades Laicales de Santo Domingo), vivió su vocación dominicana desde el corazón del mundo. No se contentó con “creer” en abstracto: estudió con seriedad, defendió su fe con pasión, y fue activo políticamente. Pero siempre desde la caridad. En silencio, sin postureo, visitaba enfermos, ayudaba a los pobres, regalaba lo poco que tenía. Tenía claro que predicar no es solo hablar, sino vivir.

El beato Pier Giorgio nos recuerda que ser dominico no es una etiqueta ni un estilo estético. Es una manera de vivir la fe con coherencia, de buscar la Verdad con humildad y de anunciarla desde el compromiso con la justicia. 

3. Vocación sin escapismo

Muchos jóvenes hoy tienen sed de verdad, de belleza, de autenticidad. Pero también miedo a comprometerse. El beato Frassati fue un joven con las mismas inquietudes, pero eligió el camino difícil: vivir la fe a fondo, sin evasiones, sin excusas. No huyó del mundo ni se encerró en sí mismo. Lo transformó desde dentro.

Su lema lo dice todo: Verso l’alto, “hacia lo alto”. No como quien escapa de la realidad, sino como quien mira con esperanza, con horizonte, con una meta clara. Así vivió su vocación: abrazando lo cotidiano y llenándolo de sentido.

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4. Un mensaje para la Familia Dominicana… hoy

A nosotros, miembros de la gran Familia Dominicana en España, el beato Pier Giorgio nos interpela con fuerza. ¿Vivimos con esa misma alegría? ¿Con ese entusiasmo por el Evangelio? ¿Nos dejamos transformar por la Verdad que predicamos?

El beato Pier Giorgio Frassati nos invita a volver al corazón de nuestra vocación: a predicar con la vida, con una fe encarnada, valiente, alegre. Su testimonio no es un ideal inalcanzable, es una llamada concreta para vivir lo que somos. No hay santidad sin entrega, sin lucha interior, sin caridad práctica, pero tampoco hay santidad sin gozo.

Conclusión: beato Pier Giorgio Frassati, compañero de camino

El beato Pier Giorgio Frassati es un faro luminoso en tiempos de confusión. Nos recuerda que la santidad es posible, y que vale la pena. Su vida es buena noticia para todos: jóvenes, adultos, religiosos, laicos, dominicos. Porque al final, como él, todos estamos llamados a subir “hacia lo alto”, con los pies en el suelo, pero el corazón en Dios.

 

Señor, danos la alegría firme que movía al beato Pier Giorgio,

la pasión por tu Verdad,

la compasión silenciosa por los pobres,

y el deseo de subir hacia lo alto sin miedo.

Que también nosotros aprendamos a predicar con nuestra vida. Amén.

 

Beato Pier Giorgio Frassati, ruega por nosotros.

 

Fr. Carlos Ávila O.P
Convento de Nuestro Padre Santo Domingo