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El coraje de los que menos pueden

23 de mayo de 2014

La pasada semana se celebró la XII edición de la Cátedra de Santo Tomás en Ávila, dedicada este año al tema: "Personas con discapacidad. Lo que debemos saber, lo que debemos cambiar".

El coraje de los que menos pueden

La XII edición de la Cátedra Santo Tomás ha estado dedicada este año a las personas con discapacidad, un tema que interesa a Ávila y también a la Cátedra. A nuestra ciudad, porque se ha hecho un nombre nacional e internacional con sus programas de accesibilidad para discapacitados, y a la Cátedra, porque está siempre atenta a la interpelación de la vida hace a la fe del creyente. Y los discapacitados tienen mucho que preguntarle y que decirle.

La semana comenzó, como es habitual, con una obra de teatro, Mi piedra roseta, de José Ramón Fernández, representada en el Auditorio San Francisco por la compañía de teatro Palmyra y dirigida por David Ojeda. Versa sobre lo que pasa a todo el mundo: el ensimismamiento, la dificultad de comunicarse, el miedo al amor o los esfuerzos por entrar en contacto con los demás. Lo singular de la obra es que los actores estaban habitados por cuerpos discapacitados: un sordo mudo, una parapléjica y un cojo, que hacían frente a los problemas de todo el mundo con un coraje y una voluntad de superación que uno echa de menos en seres humanos con cuerpos menos limitados. El hecho de que la actriz Tomi Ojeda sea tetrapléjica daba a su personaje una veracidad añadida.

Melania Moscoso, joven investigadora del CSIC, ella misma discapacitada y gran experta en estos temas, señalaba con cierta ironía que en los últimos tiempos hemos avanzado mucho…en el lenguaje. En lugar de los términos peyorativos de antaño, usamos otros más amables. Hemos sustituidos palabras como “bufones”, “enanos”, “imposibilitados” o “poseídos” por expresiones tan finas como “personas con discapacidad” o incluso “con diversidad funcional”. Pero ¿hemos avanzado realmente en la comprensión de ese mundo?, ¿hemos superado los prejuicios?, ¿tenemos hecho un diagnóstico preciso de las variantes que se esconden tras el vago nombre de discapacitados?. No parece. Vamos tomando medidas, todavía muy insuficientes, para superar las barreras físicas, pero siguen en pie las murallas morales y psicológicas.

Hay señales que avisan de que vamos por el camino equivocado. Cuando utilizamos, como ocurre con la publicidad televisiva, casos de discapacitados capaces de batir huevos con los pies, ciegos que suben al Everest o tipos como Oscar Pistorius batiendo records de velocidad con sus piernas ortopédicas, estamos mandando el mensaje equivocado de que en esta sociedad no hay excusas para no triunfar y que si hay pobres es porque no espabilan. Como si no fuera más importante que batir marcas, poder llegar tranquilamente a casa o al trabajo, como hace cualquier ciudadano.

Dominicos, Cátedra de Santo Tomás, Ávila.Pedro Juan Alonso, dominico, reflexionó en voz alta sobre el lugar de los discapacitados en el corazón de Jesús. Éste se mostró siempre cercano a los discapacitados. Junto con su palabra solía tener un signo de amor al necesitado, fuera en forma de sanación, de ánimo o de perdón. Y a sus discípulos les envió a continuar su labor con palabras y con signos que las acompañaran como componentes de la misma misión. En su vida y mensaje Jesús se pronuncia contra una sociedad que no respeta la diversidad y exalta la autosuficiencia y la utilidad. Jesús habla no sólo al discapacitado y busca su integración social, aún permaneciendo con su deficiencia, sino que se dirige también a la comunidad, que debe curarse de sus rechazos e integrar a todos. Al verse él mismo rechazado, pide perdón al Padre para sus verdugos, indicando hasta el final su deseo de que todos los hombres sean aceptados, aun los más injustos.

En la última sesión hablaron los que más hacen. Fue una mesa redonda en la que intervino Manuel Maíz, presidente actual de Pronisa, para recordar el camino recorrido por esta asociación. Los orígenes fueron duros, las familias estaban solas, no había apenas medios públicos, ni reconocimiento social. Hoy atienden a más de cien personas. También habló, y con el corazón, Luis Merino, padre de un hijo con discapacidad severa. Consiguió transmitir al público la emoción agradecida por lo que ha recibido de su hijo. Tomó la palabra también Carlos Canelo, quien agradeció a quienes desde la política apoyan generosamente a los discapacitados de Ávila, como el alcalde Miguel Ángel García Nieto y la concejala Noelia Cuenca, que moderaba la mesa. Después él mismo pasó a examinar críticamente el escaso lugar que tiene este problema entre las prioridades políticas de nuestro tiempo. Al hilo de palabras claves como “gracias”, “política”, “silencio”, “dignidad”, “pobreza” o “invisibilización” fue dibujando la realidad de un tiempo, el nuestro, que ha colocado la preocupación por los discapacitados en el furgón de cola. Acabó la mesa Ángela Bachiller, la primera concejala con síndrome de Down. Sus reflexiones, claras y decididas, eran también el testimonio de una biografía para la que la discapacidad no ha sido obstáculo para su labor política. Emocionaba ver el coraje, la tenacidad y la fuerza que se escondían en ese menudo cuerpo.

Lo que queda, al final de este recorrido, es la admiración por ese puñado de gente anónima que no sólo saca adelante a los miembros discapacitados de la familia, sino que salvan a la humanidad de su latente tentación de deshumanizarse. Se lo debemos todos. Y también esta otra constatación: Ávila tiene sensibilidad por los discapacitados; Ávila ha dispuesto durante cuatro días de un espacio privilegiado para informarse y emocionarse. Por eso, antes de terminar este relato de lo que ha sido la Cátedra Santo Tomás, quiero dejar caer esta pregunta: ¿Cómo explicarse entonces que tantos faltaran a la cita? Las actividades de la Cátedra Santo Tomás son espacios de resistencia en tiempos que caminan hacia la indiferencia. No deberíamos echarlo a perder.

Fr. Marcos Ruíz Arbeloa O.P.