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Catequesis del Papa Benedicto XVI sobre la figura de Tomás de Aquino

3 de junio de 2010

Benedicto XVI ha retomado sus catequesis sobre los teólogos del periodo medieval y ha ilustrado, en la plaza de san Pedro, algunos aspectos de la figura de la obra de Santo Tomás de Aquino.

Queridos hermanos y hermanas:

Al retomar hoy las catequesis dedicadas a los grandes santos del medievo, me gustaría presentar la vida de Santo Tomás de Aquino, llamado también el Doctor Angelicus por la sublimidad de su pensamiento y pureza de vida.

Nació en torno al mil doscientos veinticinco en el seno de una familia noble, en Roccasecca, cerca de la Abadía de Montecasino. Siendo muy joven fue enviado a la Universidad de Nápoles, asomándose allí por vez primera al pensamiento de Aristóteles y experimentando a su vez la llamada a la vida religiosa. Al tomar el hábito dominico, comienza sus estudios en París, donde conoce a San Alberto Magno. Trasladados ambos a Colonia fundan un centro teológico. En estos años, Tomás profundiza en la obra aristotélica, dedicándose a comentarla en gran parte y demostrando la armonía que existe entre fe y razón. En los años sucesivos enseñará en París, estará al servicio de diversos Papas, y residirá en Orvieto, Nápoles y Roma.

Entre su ingente producción literaria, destacan los hermosísimos himnos litúrgicos para la fiesta delCorpus Christi, y su obra cumbre, la Summa Theologiae. Fue un santo muy apostólico, dedicándose continuamente a predicar a los fieles; y fue un teólogo de profunda humildad, llegando a catalogar su obra como “un montón de paja” comparada con la verdad y la sublimidad de Dios. Santo Tomás muere en la Abadía de Fossanova, cuando se dirigía a Lión para participar en un concilio ecuménico.

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