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Bicentenario de la Beatificación de Francisco de Posadas

25 de septiembre de 2018

Actos conmemorativos que se celebrarán en Córdoba con motivo de los 200 años de la beatificación del dominico cordobés por el papa Pío VII

El pasado 20 de septiembre se cumplieron 200 años de la beatificación por el papa Pío VII del dominico cordobés P. Francisco de Posadas.

Para conmemorar este bicentenario de la beatificación del Padre Posadas, Familia Dominicana en Córdoba ha preparado una serie de actos para dar a conocer a este insigne fraile dominico cordobés, ejemplo claro de predicador y de hombre de su tiempo. El primero tuvo lugar el pasado domingo 23 de septiembre en el Convento de Santo Domingo de Scala Coeli, a cargo de fray Mariano del Prado, O.P.

El día 5 de Octubre, a las 19 horas, tendrá lugar una celebración eucarística en la Capilla del Rosario de la Iglesia de San Pablo, dirigida por fr. Miguel Ángel Vilches, O.P.

También en Octubre, en concreto el viernes día 26, habrá una conferencia sobre la Predicación y Obra Social del P. Posadas en Córdoba, que pronunciará fr. Jesús Duque, O.P. en el Salón del Convento de San Agustín.

Finalmente, el 24 de noviembres se celebrará una Jornada Académica con diversos ponentes, que disertarán sobre diversos aspectos de la sociedad cordobesa con ocasión de la beatificación del Padre Posadas y el estudio de una serie de Venerables, Beatos y Santos de la Orden de Predicadores.

Asimismo, y dentro del marco de esta conmemoración, un grupo de cinco hermanas de la Fraternidad laical de Santo Domingo de Scala Coeli y P. Posadas, realizarán el domingo 21 de octubre sus promesas perpetuas de pertenencia a la Orden de Predicadores a través de dicha Fraternidad laical. Dicho acto tendrá lugar en el Santuario de Santo Domingo de Scala Coeli, en Córdoba.

Más información sobre la Jornada Académica "Venerables, Beatos y Santos de la Orden de Predicadores"

Biografía

Francisco de Posadas, nació en Córdoba el 25 de noviembre de 1644, y, tras varios intentos de entrar en el Real Convento de San Pablo, siéndole denegada por su baja condición social, fue admitido  el Convento de Scala Coeli de la Orden de Predicadores, situado en la sierra cordobesa-

Realizó el noviciado y posteriores estudios teológicos y dominicanos de Artes y Sagrada Teología en Jaén y en Sanlúcar de Barrameda, siendo ordenado Presbítero por el Obispo de Guadix en 1668, y regresó a Córdoba, celebrando su primera misa en el altar del templo de Ntra. Sra. de la Fuensanta, incorporándose al que era su convento de Santo Domingo de Scala Coeli, su “conventico de la sierra”, donde se dedicó plenamente a la meditación, la oración y el estudio, como ya habían hecho otros ilustres dominicos como San Álvaro de Córdoba y Fray Luis de Granada. Su retiro a Scala Coeli le iba a servir, siguiendo el carisma de Santo Domingo, para llenarse de Dios y, así, posteriormente poder darlo a conocer a los demás a través del ejemplo de su vida y de la predicación.       

Con el paso de los años, el P. Posadas se fue ganando la fama de predicador, además del reconocimiento tanto de sus hermanos como de sus vecinos como persona humilde, sencilla, llena de caridad y maestro de espiritualidad. Esta fama se extendió fuera de la Córdoba, lo que supuso que le llamaran de los pueblos de la sierra cordobesa y otros más lejanos de Andalucía para escuchar sus predicaciones. Tanto es así que en muchos lugares, dado el número de personas que acudían a escucharle, se sacaban los púlpitos a las plazas y calles, ya que las Iglesias se quedaban pequeñas.

Estos continuos viajes le pasaron factura a su salud, siendo destinado ya en Córdoba al Hospicio que los frailes de Scala Coeli habían instalado en Córdoba, para las ocasiones que no podían volver a su convento de la sierra y lugar también donde se recogían las limosnas que les servían de sustento. Allí moraría como vicario, confesor, predicador, colector de limosnas, director espiritual y ejemplo vivo del carisma de Santo Domingo, del que escribió una biografía que tuvo un gran éxito en su época. Este Hospicio fue hasta su muerte  su hogar, tanto que desde entonces fue conocido como el “Hospitalico del Padre Posadas”.

Como dice el P. Álvaro Huerga, O.P., en su libro “Scala Coeli”, desde el mismo momento de tomar posesión de aquel lugar se entregó de lleno  a la labor apostólica, incluso comenzó con el toque de la campana al caer la tarde, lo que sorprendió a los vecinos del barrio de la Puerta del Rincón, que no lo habían oído nunca. La novedad, la curiosidad y la piedad llenaron la iglesia. Dirigía a coros el rezo y después dirigía encendidos sermones.

Todos los días iba creciendo el número de penitentes que buscan al P. Posadas para hacer sus confesiones y ser dirigidos espiritualmente. El Hospitalico será el centro a donde acuden gentes de todos los estamentos sociales y se reúnen sus ya innumerables seguidores, y desde el que la fama y la acción se expande a toda la ciudad. Córdoba se convierte rápidamente en púlpito del Padre Posadas.

También es de destacar su gran amor a la Santísima Virgen, promoviendo la devoción del rosario. Organizó en numerosas ocasiones los denominados “Rosarios de la aurora”, surgiendo de sus fieles la creación de numerosas hermandades del Rosario.

Tanta era la devoción que el pueblo de Córdoba tenía al P. Posadas que a su fallecimiento sus hermanos religiosos tuvieron que tomar precauciones en orden a guardar y defender su bendito cuerpo de las devotas invasiones de sus fieles seguidores que intentaban conseguir alguna reliquia, quedándose toda la noche en su compañía y custodia. Su entierro se retrasó unos días para dar tiempo a que pasaran y lo veneraran la ingente cantidad de personas que se agolpaban para ello.

Sus restos mortales se encuentran en el Real Convento de san Pablo, aquel a donde le fue negada su entrada.