Monasterio de la Descensión en Ajofrín

Este monasterio tuvo su origen en los movimientos de la reforma de la recolección del siglo XVII; nació como "Convento de Religiosas Dominicas Descalzas de Ajofrín ", según se lee en la inscripción de un cáliz que se conserva en esta casa.

Fue puesto bajo la advocación de la Descensión de Nuestra Señora.

Dejemos que Gonzalo de Berceo nos cuente el suceso que dio lugar a esta singular advocación:

"Sennor.Sant Illefonso coronado leal
Facie a la Gloriosa festa muy general,
Fincaron en Toledo pocos en su ostal
Que non fueron a missa a sied obispal.

El sancto arzobispo, un leal coronado,
Por entrar a la missa estaba aguisado:
En su preciosa cátedra sedie asentado,
Adusso la Gloriosa un present muy onrrado.

Apareciol la madre del Rey de Magestat
Con un libro en mano de muy grant claridat,
El que avie fecho de la virginidat:
Plogol a Ildefonsso de toda voluntat.

Fizoli otra gracia qual nunqua fué oída,
Dioli una casulla sin aguia cosida,
Obra era angélica, non de omne texida,
Fablioli pocos vierbos, razón buena, complida.

Amigo, dissol, sepas que so de ti pagada
Asme buscado onrra, non simple, ca doblada:
Fecist de mí buen libro, asme bien alabada,
Fecistme buena festa que non era usada.

A la tu missa nueva desta festividat
Adúgote ofrenda de grant auctoridat,
Casulla con que cantes, preciosa verdat,
Oy en el día sancto de Navidat.

Dichas estas palabras la madre gloriosa
Tolloseli de oíos, non vió hulla cosa:
Acabó su officio la persona preciosa,
De la madre de Christo criada e esposa."


Resumiendo: Según refiere el obispo Cixila, Arzobispo de Toledo, en la fiesta de la Encarnación, que, según el decreto del Concilio X de Toledo, se celebraba el 18 de diciembre. San Ildefonso (608 — 667), llegado a su Iglesia para cantar las horas nocturnas, se encontró con la Santísima Virgen María sentada en la sede obispal, recibiendo de ella un don celestial (que la iconografía representa como una casulla), en premio por la defensa que hizo de su perpetua virginidad. La fiesta de la Descensión de Nuestra Señora, se celebra al día siguiente de la de San Ildefonso (patrono de la diócesis), o sea, el 24 de enero.

El monasterio fue fundado en 1611 por una vecina de la Villa de Ajofrín, Juana Criado, por deseo de su confesor y director espiritual, Fray Melchor Cano, O.P. (sobrino del célebre obispo de Canarias, de igual nombre y hábito ), fraile del Convento de San Jacinto, de Madridejos (hoy desaparecido).

"En este lugar y sitio se ha de fundar un convento de monjas de mi Orden, para mucha gloria de Dios, y su fundadora ha de ser aquel arrapiezo", dio, señalando a la sierva de Jesucristo que se hallaba presente.

Cumpliendo este deseo, Juana acondicionó unas casas que le habían sido donadas, para que sirvieran de monasterio, y después de muchas vicisitudes reunió en él, a un grupo de hermanas, provenientes principalmente del beaterio de Madridejos, que el mismo Melchor Cano había fundado.

Había dicho a la sierva de Dios, el venerable fray Melchor antes de morir "que con aquellas beatas se había de fundar el convento de su Orden en Ajofrín, y así que procurase llevarlas a su lugar cuando antes"

Era la Villa de Ajofrín, pueblo reservado a la Cámara de Nuestra Señora del Sagrario de Toledo, dependiente del Cabildo, por lo que no fue necesario permiso de los señores del lugar.

El Señor Cardenal Arzobispo de Toledo Don Bernardo Sandoval y Rojas autorizó la fundación el 25 de junio de 1611, quedando este convento sujeto a su juridicción. Siendo rey de España Felipe III.

Juana, más preocupada por "la fábrica espiritual", que por el edificio material, procuró e hizo que vinieran 3 monjas dominicas del Monasterio del Corpus Christi, de Valladolid (calzadas), para que enseñaran a las hermanas la vida y costumbres de la Orden. Las 3 fundadoras, bien establecida y radicada la observancia regular en la nueva fundación, regresaron a su monasterio de origen.

Juana Criado nunca tomó el hábito de la Orden, para que viviendo fuera de la clausura, les fuese más útil... Y era grande el cuidado que ponía, para que nada les falte a sus religiosas, esmerándose en socorrer sus necesidades con religiosa abundancia, para que con más quietud y sosiego de espíritu buscasen sólo a Dios, sin pensar en las cosas terrenas.

Juana, como buena hija de San Francisco (era terciaria franciscana), amaba entrañablemente la pobreza, a la vez que su generosidad no conocía límites. Vivió y murió pobre. Y ésta, su fundación, nació bajo el signo de la pobreza, y así se ha conservado hasta nuestros días.

El Monasterio de la Descensión de Nuestra Señora se incorporó oficialmente a la 2° Orden Dominicana, en 1932. Digo oficialmente, porque de corazón y costumbres siempre ha pertenecido a la familia de nuestro Padre Domingo.

En la Guerra Civil de 1936, las hermanas se vieron obligadas a abandonar el monasterio. Y el convento fue saqueado y en gran parte destruido.

En 1946, regresaron las monjas que habían logrado sobrevivir; pocas en número y muy escasas de recursos materiales.

Hoy, las hermanas que formamos la Comunidad nos esforzamos en vivir el idear de Santo Domingo, de llevar el anuncio de la Buena Nueva del Evangelio hasta los confines del mundo, desde el retiro de la clausura; tal como lo hicieron a lo largo de casi 4 siglos tantas hermanas que recorrieron nuestro sencillo y recoleto claustro y cuyos restos descansan bajo el enlosado del mismo.

Si alguien desea saber más sobre nuestra vida, le decimos: "Ven y lo verás" (Jn., 1,46)

Monasterio de la Descensión de Nuestra Señora
Monjas Dominicas
Plaza de las monjas, 2
45110 Ajofrín Toledo


La mayor parte de los datos se han tomado del libro :

HISTORIA SACRO- PROFANA DE LA ILUSTRE Y NOBLE VILLA DE AJOFRIN

De Fray Francisco de Ajofrín, capuchino (1719 – 1789)
Reeditada por la Diputación Provincial de Toledo – 1999

La historia que relata el libro concuerda en lo esencial, con la tradición oral conservada en la Comunidad. Lamentablemente archivo, del que el autor dice haber tomado los datos, fue destruido.

El fragmento del poema "Milagro primero de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, son de un apéndice del libro "San Ildefonso de Toledo. El Capellán de la Virgen" de Francisco Esteve Barba – Biblioteca Nueva – Madrid, 1941. Por otra parte, el poema es bastante conocido.

Para el resumen, me basé en el Propio de Archidiócesis de Toledo.

Benedictus Deus