Los misterios luminosos

Los 5 misterios luminosos nos acercan a los momentos de enseñanza y revelación de Jesús como parte de su vida pública. Se rezan los jueves.


Primer misterio luminoso: El Bautismo de Jesús

Primer misterio luminoso: El Bautismo de Jesús

Versículos bíblicos del primer misterio

Fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posó sobre Él. Y vino una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto” (Mt 3, 13-17).


 

Segundo misterio luminoso: Jesús en las Bodas de Caná

Segundo misterio luminoso: Jesús en las Bodas de Caná

Versículos bíblicos del segundo misterio

Había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Faltó el vino, y la madre de Jesús dijo a Jesús: No les queda vino. Luego dijo a los sirvientes: Haced lo que él os diga…Así Jesús comenzó sus signos y creció la fe de sus discípulos” (Jn 2, 1-12).


 

Tercer misterio luminoso: La predicación del Reino

Tercer misterio luminoso: La predicación del Reino

Versículos bíblicos del tercer misterio

Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1, 14-15).


 

Cuarto misterio luminoso: La transfiguración del Señor

Cuarto misterio luminoso: La transfiguración del Señor

Versículos bíblicos del cuarto misterio

"Subió Jesús a una montaña muy alta y se transfiguró delante de Pedro, Santiago y Juan. Su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y una voz desde la nube decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo” (Mt 17, 1-9).


 

Quinto misterio luminoso: La Eucaristía

Quinto misterio luminoso: La Eucaristía

Versículos bíblicos del quinto misterio

Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Lo mismo hizo con la copa, diciendo: Este es el cáliz de la nueva alianza sellada con mi sangre”  (1Co 11, 23-26).