Material litúrgico

Materiales para la Predicación

Material litúrgico

 4º domingo de Adviento

18 de diciembre de 2011
500º Aniversario del Sermón de Montesinos
  • Lecturas:

• 2 Samuel 7, 1-5.8b-12.14a.16
• Romanos 16, 25-27
• Lucas 1, 26-38 

  • Monición de Entrada:

Era como hoy un cuarto domingo de adviento. El 21 de diciembre de 1511, fray Antón de Montesinos, en nombre de aquella primera comunidad de dominicos de la isla La Española, subió al púlpito. Frente a él todo el poder político. En su corazón, la Palabra de Dios y el coraje de una comunidad que había descubierto la injusticia que se vivía a su alrededor.

Como voz de Cristo en el desierto de aquel pueblo. Así sonaron las palabras del predicador al describir el atropello de la dignidad humana que padecían aquellos indígenas a manos de quienes se decían enviados a llevarles el Evangelio.
Hoy, 500 años después, la eucaristía nos recuerda que el Dios de Jesús ha querido incorporarse a nuestra historia, y así divinizar nuestra condición humana. Somos hijos e hijas de Dios, reunidos para celebrar como centro de nuestra existencia el amor que se hace compasión y solidaridad y para reconocer en el crucificado a todas las víctimas de la historia.

(Es este un buen momento para leer o reproducir el texto del sermón,
de manera que dé sentido y unidad al resto de la celebración)

  • Acto penitencial:

Ante Ti, Señor, y ante nuestros hermanos, reconocemos que en el amor siempre estamos en deuda, siempre tenemos más y mejor que hacer:

- “Estos, ¿no son hombres?...” Porque nos cuesta reconocer tu rostro en cada ser humano; porque despojamos de su condición humana a quien vive o piensa distinto de nosotros . Señor, ten piedad.
- “¿No estáis obligados a amarlos?...” Porque tantas veces nuestra indiferencia nos convierte en cómplices de un sistema que lleva a la pobreza y la exclusión a muchos de nuestros hermanos. Cristo, ten piedad.
- “¿Cómo os mantenéis tan alejados de Dios?...” Porque no siempre estás presente en nuestra vida, porque no miramos la realidad desde la óptica de tu evangelio sino desde nuestros prejuicios. Señor, ten piedad.

  • Monición a las lecturas:

Las lecturas de este día nos hablan de una realidad central de nuestra fe: Dios camina a nuestro lado, está de nuestra parte en la medida que nuestro horizonte de vida sea hacer presente su Reino en la historia. Aunque la tarea nos parezca imposible, aunque su voluntad parezca contradecir nuestros esquemas, la presencia de Dios nos guía y acompaña al caminar.
Esta fue la experiencia del rey David, y con mayor radicalidad la experiencia de María. Esta fue también la convicción que guió a aquella comunidad de Montesinos, que supo entender que detrás de su denuncia de la injusticia estaba la voluntad amorosa de un Dios hecha grito en el clamor de sus hijos más desvalidos.

  • Peticiones:

  1. Decid, ¿con qué derecho, con qué justicia...? Por nuestro mundo, para que, descubriendo que es la casa común de toda la humanidad, trabajemos para favorecer la vida y la dignidad de las personas. Hágase, Señor, según tu palabra.
  2. ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes?... Por quienes en nuestro mundo detentan alguna autoridad o poder, para que busquen en todo momento caminos para el encuentro y la reconciliación entre los pueblos. Hágase, Señor, según tu palabra.
  3. ¿Qué cuidado tenéis de que se les enseñe la doctrina cristiana?... Por la Iglesia, para que sepa convertirse en un espacio de acogida y encuentro y acierte a transmitir la imagen de un Dios que es liberación y plenitud para todo ser humano. Hágase, Señor, según tu palabra.
  4. “… este es el parecer, voluntad y consentimiento de toda la comunidad”. Por la Orden Dominicana, para que siga hoy siendo buscadora de la verdad y, tras una mirada honesta a la realidad, sepa denunciar todo aquello que se opone al plan de felicidad que Dios tiene para todos. Hágase, Señor, según tu palabra.
  • Oraciones:

Señor, quienes nos disponemos a celebrar la venida de tu Hijo a nuestro mundo, sabemos de nuestra necesidad de orar por quienes han visto arrebatada su dignidad, su trabajo, su alimento o su salud. Hoy nos unimos a ellos para convertirnos en luz de Cristo para quienes claman desde la oscuridad de sus vidas. PJNS

Acepta, Señor, este pan y este vino símbolos de todo lo que regalas a la humanidad. Que tu Espíritu de Verdad venga sobre nosotros para que hagamos nuestra la tarea de que el pan sea repartido y la justicia y el derecho restablecidos en toda la tierra. PJNS

Señor, la Eucaristía ha alimentado nuestra fe y avivado nuestra esperanza. Que no perdamos nunca el horizonte de caminar juntos y a tu lado hacia la construcción del Reino. Danos, a ejemplo de aquella comunidad de dominicos, el coraje y la fuerza para ser fieles a nuestra misión de llevar tu buena noticia a nuestros hermanos. PJNS

 

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Sermón de Antón Montesino