Él es nuestra Paz

Primera lectura

Primera lectura: Miqueas 5, 1-4a

Esto dice el Señor:
«Y tú, Belén de Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemoriales.

Por eso los entregará hasta que dé a luz la que debe dar a luz, el resto de sus hermanos volverá junto con los hijos de Israel.

Se mantendrá firme, pastoreará con la fuerza del Señor, con el dominio del nombre del Señor, su Dios; se instalarán, ya que el Señor se hará grande hasta el confín de la tierra.

Él mismo será la paz».

Salmo de hoy

Salmo 12, 6ab. 6cd R/. Desbordo de gozo con el Señor.

Porque yo confío en tu misericordia:
mi alma gozará con tu salvación. R.

Y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho. R.

Segunda lectura

Romanos 8, 28-30

Hermanos:
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.

A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.

A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 1-16.18-23

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».

Reflexión del Evangelio de hoy

Éste será nuestra paz

En la fiesta de la Natividad de la Virgen María, el profeta Miqueas nos la presenta como la que dará a luz,  la que “debe ser madre”. Sin saberlo, el profeta está dando la más grande prerrogativa de María, la de haber sido elegida para ser Madre de Dios.

No nos detendremos hoy en aquellas palabras que hablan del abandono de Dios, ya que todo abandono de Dios es como un  invierno, en el que parece que  los árboles que quedan desnudos al perder sus hojas, están muertos. Y no, la vida está gestando dentro de ellos, ocultamente, una nueva primavera.

Luego habla del pastor –rey que reunirá a todos los hermanos y los hará vivir tranquilos, del que será nuestra paz.

Como María fue pensada por Dios para ser madre del que iba a ser nuestra paz, tú y yo hemos sido pensados para llevar dentro al que es nuestra paz ¿Somos conscientes de que, si vivimos en la corriente de la gracia de Dios, llevamos a Jesús dentro nuestro? ¿Que no lo sientes? ¡Yo tampoco! Sin embargo hay algo mucho más profundo que el sentimiento y es la certeza de la fe ¡Lo creo! Creo que nunca estoy sola, creo que desde él puedo rehacerme en las circunstancias difíciles, creo que él me sostiene cuando sufro. Creo que resucitamos juntos cada vez que salgo de una encrucijada.

Hoy te invito y me invito a cuidar de esa presencia del Príncipe de la paz en nuestro corazón, para que Él desde lo hondo nos ordene y genere en cada uno la paz que pacifique nuestro entorno.

Genealogía de Jesucristo, hijo de David

El evangelista nos aclara cómo María engendró a Jesús y por qué decimos de él que es hijo de David.

Jesús fue engendrado en María por obra del Espíritu Santo, proviene de él. Y José, descendiente de David, al asumirlo como hijo, le da el ser hijo de David, pertenecer a su casa. Aquí vemos claramente que Dios no abandona a su pueblo, que generación tras generación va, con paciencia de orfebre, diría el Papa, gestando en la historia humana la ascendencia de su Hijo hecho hombre.

De la misma forma Dios, con su amorosa paciencia, va gestando a su Hijo en el corazón de cada ser humano. María y José son modelos acabadísimos de cómo dejar obrar a Dios en nuestras vidas ¡Ellos le creyeron!

¡María y José intercedan para que nuestra fe se lea por nuestra vida y nuestra vida se nutra del que es Nuestra Paz!