Serán los dos una sola carne

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5,9-12:

Hermanos, no os quejéis los unos de los otros, para que no seáis condenados; mirad: el juez está ya a las puertas.
Hermanos, tomad como modelo de resistencia y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor; mirad: nosotros proclamamos dichosos a los que tuvieron paciencia.
Habéis oído hablar de la paciencia de Job y ya sabéis el final que le concedió el Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso.
Y sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni hagáis otro tipo de juramento; que vuestro sí sea sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo condena.

Salmo de hoy

Salmo 102,1-2.3-4.8-9.11-12 R/. El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que le temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,1-12

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.
Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replico:
«Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • Sufrimiento, paciencia y constancia

El apóstol Santiago, en esta lectura, anima a sus lectores, entre los que estamos nosotros, a aceptar el sufrimiento, a tener paciencia y constancia. No cabe duda de que seguir a Cristo, en más de una ocasión, lleva consigo sufrir. Un sufrimiento originado por múltiples causas: los propios fallos, el desánimo, la postura adversa de otras personas, en sus múltiples variantes en nuestro deseo de seguir siempre al Señor…

No cabe duda de que seguir a Cristo nos obligará a ser constantes y pacientes, ante las mil circunstancias en que nos podemos encontrar, no todas favorables.

Como seguidores de Jesús y permanecer en su seguimiento, hemos de saber sufrir, y ejercitar la constancia y la paciencia porque Jesús nos ha convencido de que es el mejor camino que nos lleva, a nosotros y a cualquier persona, a la verdad y a la vida, una vida llena de sentido, de alegría, de esperanza. Además él nos acompaña siempre en nuestro caminar y es “compasivo y misericordioso”.

  • “Le preguntaron para ponerlo a prueba”

Una vez más, vemos a los fariseos “poniendo a prueba” a Jesús, para desprestigiarle. En esta ocasión, presentan el tema de la licitud por parte del hombre de divorciarse de su mujer. La praxis normal en aquellos momentos, en las escuelas rabínicas, era que el marido podía divorciarse de su mujer por motivos mínimos o no tan mínimos, dependiendo de las diferentes escuelas. Jesús apela a Moisés y “al principio de la creación: lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. Con su respuesta, Jesús se ponía de parte de la mujer que no podía quedar a la voluntad del marido para repudiarla. De una manera más amplia, este problema sigue existiendo hoy día. El Papa Francisco en su exhortación sobre el amor en la familia, Amoris Laetitia, afirma: “En la Iglesia es necesaria una unidad de doctrina y de praxis, pero ello no impide que subsistan diferentes maneras de interpretar algunos aspectos de la doctrina o algunas consecuencias que se derivan de ella” (3). “Los divorciados en nueva unión, por ejemplo, pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas sin dejar lugar a un adecuando discernimiento personal y pastoral” (298).