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Fray Ronald Fajardo realiza su profesión solemne en Salamanca

4 de diciembre de 2023

Realizó la profesión solemne el pasado sábado en la capilla de Sotomayor de los Dominicos de San Esteban

  El pasado sábado 2 de diciembre, Fr. Ronald Anibal Fajardo Torres, hijo de la provincia de San Vicente Ferrer en Centroamérica y asignado al convento de San Esteban de Salamanca por estudios de especialización, ha realizado la profesión solemne. El fraile se ha consagrado a Dios para vivir hasta la muerte según el carisma de Santo Domingo de Guzmán: la pasión por la verdad. Ha sido una celebración solemne y muy emotiva, que ha contado con la participación de muchos frailes, algunas religiosas, compañeros de pastoral, y numerosos amigos que llegaron a Salamanca, al convento de San Esteban, para acompañarlo en estos momentos tan especiales. Las procedencias eran diversas: Madrid, Valladolid, Palencia, Valencia (lugar del estudiantado), Córdoba y otros lugares de España.

  Fr. Ronald se ha sentido también acompañado a través de las redes sociales: familiares y amigos al otro lado «del charco» han acompañado la hermosa celebración con su oración personal a distancia. El vídeo ha sido retransmitido en directo por Facebook, y numerosos internautas han podido beneficiarse de este servicio virtual.

  Respecto a la liturgia, fue tomada de la fiesta de la Virgen del Rosario, no solo por ser patrona de Guatemala (lugar de nacimiento de Fr. Ronald), sino también por la protección y patrocinio que Nuestra Señora ofrece a la Orden de los dominicos. Además, un coro acompañado por guitarra y órgano adornó la ceremonia con hermosos cantos, en ocasiones con aires hispanoamericanos. En la homilía, el prior provincial de Hispania, Fr. Jesús Díaz Sariego, animaba al profesando a no tener miedo, como María ante el anuncio del ángel, y escuchar las inspiraciones que Dios suscita constantemente en el corazón. Y es que el voto de obediencia solo puede vivirse desde un auténtico honor personal.

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  Hacia el final el ya profeso solemne expresó de forma no poco emotiva su gratitud hacia su familia, amigos, formadores y provincias de Centroamérica e Hispania, por el acompañamiento fraterno ofrecido hasta el momento, y a Dios y a la Virgen del Rosario por la consagración de su persona a la misión y servicio del Evangelio de Cristo.