Bartolomé de Las Casas

También la lluvia: Bartolomé de las CasasBartolomé de las Casas, sevillano, hijo de un compañero de Cristóbal Colón en su segundo viaje a Las Indias, acompañó a su padre en la expedición de Ovando de 1502. Tuvo una encomienda de indios, que empleó en su labranza. Ordenado de sacerdote en Roma, vuelve a Las Indias, donde continúa en posesión de una encomienda. Él mismo confiesa que hizo trabajar duro a sus indios, siguiendo las condiciones de trabajo de su lugar y tiempo, aunque no los maltrató ni los castigó abusivamente. En 1512 interviene en la conquista de Cuba como capellán del conquistador Diego Velázquez, recibiendo también encomienda de indios.

Lo que él llama su “conversión” tuvo lugar el 15 de agosto del 1514. Se venía madurando desde las navidades de 1510, en que oyó predicar al dominico fray Pedro de Córdoba; el sermón del también dominico fray Antón Montesinos en el adviento del año siguiente fue el segundo aldabonazo en la conciencia del clérigo Bartolomé de Las Casas sobre la condición humana libre y sobre la vocación a la fe cristiana y a la santidad de los indios. La conversión de Las Casas con ese fondo luminoso de humanismo y cristianismo fue sincera y plena: ¡por el ideal hasta la muerte!

Testigo directo de los acontecimientos que describe, medita sus consecuencias y su trascendencia, bajo el punto de vista humano y evangélico; los hace suyos, y decide consagrar su vida por entero, hasta el heroísmo, a resolverlos, atacando los vicios desde su raíz, urgiendo los remedios oportunos a las más altas y responsables autoridades.

Se hizo dominico, consiguiendo una buena formación teológica y jurídica, que empleará en ese ideal de defensa de los indios. Obispo de Chiapas, utilizará esa dignidad para dar mayor eficacia al ideal de su vida.

Morirá en España, en Madrid, en el Convento de Atocha, adonde vino para asediar a la corte con memoriales y propuestas de liberación de los indios de las manos de los encomenderos y conseguirles la categoría de ciudadanos libres, dependientes directamente como los españoles de la autoridad del Rey. Sus libros versan todos sobre esa misma cuestión.

Algunos títulos: De unico vocationis modo, Tratados de 1552, De thesauris, Historia de las Indias, De regia potestate, Diario del primero y segundo viaje de Colón, Apología contra Sepúlveda, Apologética Historia, Memoriales y Cartas.

Fr. Ramón Hernández O.P.

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Temas polémicos sobre Las Casas tratados en la película

Bartolomé siempre ha sido un personaje polémico. En una escena de “También la lluvia”, el equipo de rodaje está cenando y se establece un debate en torno a la figura de Las Casas. Uno de los actores, haciendo de abogado del diablo, le reprocha dos cosas:

1. Bartolomé aceptaba la esclavitud de los negros y fue amigo de esclavistas.

Primero se critica que Bartolomé declarara, en un momento de su vida, que se podía sustituir la mano de obra indígena por mano de obra de esclavos africanos. Fue un error del que se estuvo arrepintiendo el resto de sus días, dejando muy claro que se había equivocado. Nuestro hermano fr. Ramón Hernández dice al respecto: «No es verdad lo que se ha dicho muchas veces: que Bartolomé de Las Casas fue el iniciador del envío de esclavos a América. La primera vez que interviene en esto el P. Las Casas fue en 1516, pero ya existía ese negocio desde 1501. Las Casas pidió ese tipo de licencias al gobierno de España, pero las pidió como mandatario de algunos encomenderos, no para sí mismo. Lo aceptó, como él dice que le prometieron los encomenderos, para poder dejar libres a los indios e impedir la despoblación india que avanzaba muy notablemente. Los encomenderos no cumplieron su palabra de dejar libres a los indios, lo que disgustó mucho a Las Casas. En su Historia de las Indias, libro tercero, capítulo 102, lo expone claramente y hace manifiesto su arrepentimiento. A partir de entonces comenzó a defender también a los negros, porque comprendió que era “tan injusto el captiverio de los negros como el de los indios”».

2. Bartolomé aceptó la conquista y no se rebeló frente a la monarquía.

Una segunda crítica que se le hace es que, a pesar de su encendida defensa de los indios, nunca se cuestionó la legitimidad de la presencia de los españoles en esas nuevas tierras. Las respuesta de quien en la película defiende a Las Casas es que fue un adelantado a su época y que su defensa de los derechos humanos suponía ya un gran paso, revolucionario en ese momento.

No se puede decir que Las Casas fuera un sumiso a todas las determinaciones reales respecto a la conquista. Está demostrado que no tuvo problema en defender su postura aún a riesgo de ser reprendido. En su obra De regia potestate, escrita poco antes de su muerte, es evidente su moderna visión del gobierno. En un momento en que las monarquías se hacen cada vez más fuertes, Las Casas se atreve a decir que el rey debe ser elegido por el pueblo y que su labor es protegerlo. El rey no es propietario sino administrador. Es rey porque el pueblo ha confiado en él el gobierno de la sociedad, y para las cosas importantes debe consultar siempre al pueblo, que es en absoluto el que tiene el poder. Así lo afirma Antonio-Enrique Pérez Luño, Catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla:

«Las Casas aparece como un anticipador de la defensa y el reconocimiento de los derechos y de la dignidad del hombre. Desde distintas ópticas doctrinales se ha llegado a sostener que Bartolomé de las Casas se ha convertido en uno de los precursores más influyentes de la democracia moderna. Su libro De regia potestate es, posiblemente, el tratado más importante de su época sobre la democracia y los derechos humanos» Aun reconociendo que la conquista de las libertades ha sido en España más ardua y su disfrute más efímero y precario que en otras latitudes, no se pueden soslayar los importantes empeños históricos por conseguirlas, así como el carácter decisivo de las contribuciones españolas a las primeras fases de su afirmación en la consciencia europea. En esa trayectoria doctrinal la obra y el ejemplo de Las Casas sigue manteniendo su valor y su estímulo».

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