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Reconocimiento a las monjas dominicas de La Solana

5 de mayo de 2014

Las monjas dominicas de La Solana (Ciudad Real) han recibido el premio “Los Galanes” que otorga el Ayuntamiento a personas o instituciones que se han destacado a lo largo de su vida e historia por su labor o quehacer en la vida de esta localidad manchega.

Reconocimiento a las monjas dominicas de La Solana

Las monjas dominicas de La Solana han recibido el premio “Los Galanes” que otorga el Ayuntamiento a personas o instituciones que se han destacado a lo largo de su vida e historia por su labor o quehacer en la vida de esta localidad manchega. En este caso, las monjas han recibido este reconocimiento por parte del Ayuntamiento al ser la institución más antigua del pueblo con 420 años de existencia. De igual forma, este reconocimiento a las Monjas Dominicas saldaba una deuda histórica y centenaria con las ellas. Este galardón está dedicado a todas las monjas dominicas que han pasado por el Monasterio en sus más de cuatrocientos años de andadura. El alcalde D. Luís Díaz-Cacho en su intervención, recalco que el premio “Galán” es el reconocimiento más importante que puede recibir una persona en La Solana, premiando el esfuerzo y dedicación de la gente por su pueblo y sus vecinos. En palabras del alcalde: “Las monjas se merecen todo nuestro reconocimiento y respeto, destacando su generosidad y ejemplo para nosotros, siendo la institución más antigua en La Solana.”

El acto de entrega de dicho premio, tuvo lugar el pasado 27 de abril en el teatro municipal “Tomás Barrera” por parte de las autoridades locales y el Presidente de la Diputación de Ciudad Real, un teatro abarrotado de gente que quiso demostrar sus cariño y respeto por esta comunidad de vida contemplativa. En el mismo, se proyectó un reportaje audiovisual sobre su vida y misión. El video dedicado a las monjas fue uno de los momentos más esperados, ya que se abrían de par en par las puertas del monasterio de San José, algo al alcance de bien pocos hasta ahora. El reportaje narró con todo lujo de detalles, la vida de las monjas dominicas contemplativas dedicadas al trabajo y a la oración, mostrando las dependencias interiores de su casa.

El Monasterio de San José fue fundado por el sacerdote D. Juan Díaz de Sabina y su hermana Francisca el día 5 de Agosto de 1593 en unas casas de su propiedad, que tenía junto a la ermita de San José que ya había edificado y que hoy es la Iglesia conventual. Solicitó la fundación a la Orden de Predicadores, y el P. Provincial, fr. Gaspar de Córdoba acepto y firmó la carta de fundación, nombrando a fr. Cristóbal Rejano, prior de los dominicos de Villanueva. de los Infantes vicario de este monasterio.

A fundar esta casa vino Sor Lucía de Torres, como priora, Sor Felipa de Santiago, Sor Isabel de Jesús y Sor Juana Chávez, todas del Monasterio de Sta. Catalina –Zafra-de Granada. De la ciudad de Chinchilla vino Sor Francisca de la Trinidad, que era pariente de los fundadores.

Monjas destacadas:

Sor Ana Abad, fue la primera monja que entro en este convento tras su fundación, de vida ejemplar y observante.
Sor Juana de San Gabriel fue la segunda, y era natural de Argamasilla de Alba. Siendo priora, se hizo el coro bajo, claustro y demás dependencias. De suerte, que según la crónica del archivo provincial, se dice:“que si no es el mayor que de monjas tiene la provincia, si es el mejor, al tener concluidas todas sus oficinas, muy abrigado el invierno y fresco en verano, alegre y religioso”.
Sor Antonia de Castro y San Felipe, de La Solana.
Sor María Treviño Salazar, natural de La Solana.
Sor María de Córdoba y San Jacinto, natural de Valdepeñas.

Como datos curiosos destacar que en aquella época, y siguiendo la crónica del archivo de provincia en Sevilla, finales del s. XVI, La Solana contaba con 1.200 habitantes, terreno en extremo seco, aunque sus laboriosos agricultores cultivaban trigo, cebada, olivos y viñas, que producían un vino tan bueno, que podía competir con cualquier otro de España. El terreno era en extremo seco, el núcleo urbano se abastecía de un pozo que estaba a mediodía y que llamaban “la solanilla”. Y si un pobre se acercaba a pedir un vaso de agua, era más fácil que le dieran un vaso de vino.

La vida regular sólo ha visto interrumpida en estos 420 años, durante el periodo 1936-1939, la guerra civil española. Al finalizar la misma, pudo regresar parte de la comunidad a hacerse cargo del edificio, adecentarlo y hacerlo habitable, algo que no pudieron terminar hasta el año 1951, en concreto el día 30 de octubre, en que el Obispo D. Emeterio Echevarría impuso nuevamente la clausura, y la comunidad pudo rehacer la vida regular y contemplativa. Esta casa es un foco espiritual para este pueblo, y un lugar al que numerosas personas se acercan para hacer participes a las monjas sus problemas y necesidades, siendo así casa de oración y predicación, desde la misericordia y la compasión, como Sto. Domingo nos quiso a sus hijos. Comparten su Eucaristía diaria con un buen grupo de fieles, así como la oración vespertina de Vísperas. Hay un grupo de oración que se reúne todos los meses en torno a la comunidad, para la lectio divina, y participan en las actividades de la comunidad parroquial. Se sienten queridas por Dios, y por todos los solaneros, que son quienes participan más de cerca de su beneficio espiritual. Gracias sean dadas a Dios por todo y que todo sirva para que su nombre sea conocido y amado en todo y sobre todo.

Más información: Ayuntamiento de La Solana

Monasterio de San José
Monjas Dominicas.
LA SOLANA, Ciudad Real.