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Primera sesión de la Academia de Santo Tomás en 2012

12 de marzo de 2012

El pasado jueves, día 8 de marzo, se celebró una nueva sesión de la Academia de Santo Tomás en el convento de San Esteban (Salamanca), con la participación de cerca de veinte personas, profesores universitarios en su mayoría.

El tema escogido para esta sesión fue: “Contribución de la exégesis socio-histórica al estudio del cristianismo primitivo”, a cargo del profesor Juan Huarte Osácar, OP, titular de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología San Esteban.

Hace ya tiempo que el estudio de la Biblia se ha abierto a los nuevos métodos de investigación y análisis, sobre todo a los de las ciencias humanas. El llamado método histórico-crítico es fundamental, si bien tiene sus límites en orden al conocimiento de la Palabra de Dios, que requiere, como tal, una actitud de fe. Hoy se insiste más en lo “crítico” que en lo “histórico”, poniendo mucha insistencia en lo lingüístico y literario; por otra parte, se ha ampliado el abanico de los estudiosos dedicados a estas áreas, que ya no son sólo eclesiásticos.

La hermenéutica que se aplica al cristianismo primitivo es la misma que se ha venido aplicando al estudio del Jesús histórico. Es una exégesis que nace en torno a los años setenta del siglo pasado, por influjo de algunas corrientes sociológicas ya consolidadas (Marx, Durkheim, Weber), y se relaciona con el descubrimiento de los documentos de Nag Hamadi, en Egipto.

La nueva exégesis socio-científica analiza las bases sociales y culturales de la comunicación (ya que los textos son instrumentos de comunicación). Los autores, más que describir situaciones, ofrecen la visión de la realidad que tienen los que las han descrito (normalmente mucho después de producirse los acontecimientos). Este proceder ha cambiado mucho la historiografía bíblica, si bien el sueño de identificar el mundo del NT sigue estando muy lejos de cumplirse.

Las fuentes para el conocimiento del cristianismo primitivo son de diverso tipo. Hay una primera época en que predomina la tradición oral (hasta el año 50); después, los escritos de Pablo. Hoy se aplica la arqueología no para probar el relato sagrado, sino para descartar su historicidad. Asimismo se utiliza en gran medida la crítica literaria, que descubre diversas capas en los documentos considerados originales; y se echa mano de los escritos apócrifos, así como de la literatura rabínica. Y se emplea también profusamente la sociología del conocimiento: no es la conciencia la que determina la vida, sino ésta la que condiciona aquélla.

La reconstrucción socio-histórica del cristianismo naciente descubre dos tendencias principales: el cristianismo jerosolimitano, característico de Judea y más vinculado a la tradición israelita, y el cristianismo galileo, más propio del norte y más abierto al influjo del mundo gentil.