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Revista CR “CONFIANZA. Prepárate por dentro, la respuesta te llegará”

22 de mayo de 2018
Revista CR “CONFIANZA. Prepárate por dentro, la respuesta te llegará”

Confiar es apostar, no tenemos certeza del éxito, tampoco del fracaso. Hemos de elegir entre la alternativa de confiar y la alternativa de no fiarse. Esta segunda es peor, si no arriesgamos perdemos la oportunidad y negamos la oportunidad de algo nuevo, diferente, que aporte experiencia, conocimiento, para responder a la vida, a las necesidades, a las inquietudes e interrogantes. La confianza es posibilidad.

Confiar, no es nada extraño a nuestra biología, a nuestra naturaleza. Remitámonos al comportamiento de los bebés: cómo se abandonan en los brazos de los adultos. Si no fuera así, ¿a dónde llegarían? O ¿a dónde no llegaríamos?, si no se arriesga, no se avanza… somos la especie más dependiente y confiamos en el cuidado de nuestros Padres. Necesitamos de la confianza en los demás.

Número Nº 523 (marzo-abril, 2018)

CONFIANZA…

Prepárate por dentro, la respuesta te llegará.

 Decir confianza es hacer de la existencia algo más fácil; es simplificar el mundo, la vida familiar y laboral; “un mecanismo de reducción de la complejidad” (N. Luhmann). Decir confianza es disminuir el número de normas y reglas; las relaciones son más fluidas, distendidas, se gana tiempo; es un acto de fe, de buena voluntad; es saber esperar; es una apuesta de futuro. Decir confianza es creer que todo terminará bien.

  Leemos en el evangélico: “Jesús les dijo: El que ha puesto la mano en el arado y mira atrás no es apto para el Reino de Dios” (Lucas 9,62) Mirar atrás, echar la vista atrás… ¿De qué o de quién desconfiamos?  ¿Qué o quién nos persigue? ¿Dónde estamos? ¿Qué añoramos y por qué? Se multiplican los interrogantes. No hacemos la vida sólo para ser, hacemos la vida según somos.  Y hacer la vida desde la desconfianza significa cerrar muchas puertas, otras oportunidades y, sobre todo, no gozar de la realidad del otro en la vida de cada cual. Significa que la duda, la indecisión, el miedo, el recelo, las reservas, etc., se sitúen en primera línea de nuestro ánimo, búsqueda, acción, relación… Así no, es negarse a aprender, a ampliar nuestro conocimiento, es como una mordaza que impide responder, dar una palabra, decir una palabra, aportar, porque dentro sólo crece la desconfianza que nos hace huidizos, malhumorados quizás, distantes y negados para sentir, para amar, para servir.

  Aunque, también hay que decirlo, echar la vista atrás se puede, la curiosidad es muy atrevida y tentadora. Echar la vista atrás, pero para agradecer, para valorar, para aprender. No sea el objetivo predecir, ni añorar, ni culpabilizar… Es más positivo y eficaz comprender lo que está ocurriendo aquí y ahora y partir desde ahí.

  No son pocas las referencias y paradigmas sobre la confianza. Por ejemplo: 

“No busco…encuentro.

  Buscar es partir de viejas existencias y querer encontrar en lo nuevo algo de lo ya conocido.

  Encontrar… esto es lo completamente nuevo, lo nuevo también en el movimiento.

  Todos los caminos están abiertos, y lo que se encuentra es desconocido.

  Es una empresa arriesgada, una aventura sagrada.

  La incertidumbre de esas arriesgadas empresas sólo pueden asumirla realmente aquellos que en lo inseguro se saben seguros, los que son conducidos a la incertidumbre, a la falta de guía, los que en la oscuridad se abandonan a una estrella invisible, los que se dejan atraer por la meta y no la determinan limitándola y circunscribiéndola a lo humano.

  Esta apertura a todo conocimiento nuevo, a toda nueva vivencia, exterior e interior, es lo esencial del ser humano moderno, que, a pesar del miedo al desasimiento experimenta la gracia de estar sostenido y en la apertura ve nuevas posibilidades”. (Pablo Picasso, 1994)

  La confianza forma parte de la creatividad. Sin ella, ¿sería posible la creatividad? “No busco… encuentro”. Para encontrar hay que estar atento. Estar atento significa despojado de prejuicios e ideas preconcebidas. Estar atento, es confiar y aceptar, discernir y elegir… La libertad también precisa de la confianza. Elegir, no desde el desprecio, sino desde la capacidad de valorar y saber prescindir.

  ¿Cómo debemos practicar la atención? Responde Thich Nhah Hanh, maestro zen, 1996. “…Dirigid vuestra atención a vuestro trabajo, estad despiertos y dispuestos a afrontar de manera hábil e inteligente toda situación que se produzca: esto es la atención. No hay ninguna razón por la que la orientación de toda nuestra atención a nuestro trabajo, nuestra vigilancia y disposición para actuar como mejor podamos, deba ser otra cosa que atención. En los momentos en que se da un consejo, se resuelven problemas y se aborda todo cuanto surge, se necesita un corazón sosegado y un gran dominio de sí, si se quiere conseguir buenos resultados. Resulta obvio. Si no nos podemos dominar, y en lugar de ello nos dejamos llevar por la impaciencia y la ira, nuestro trabajo no tiene ningún valor.

  La atención es el milagro con cuya ayuda llegamos a ser señores de nosotros mismos y podemos renovarnos. Imaginaos, por ejemplo, a un mago: un mago que corta en muchos pedazos su cuerpo y pone cada parte en una dirección diferente: las manos en el sur, los brazos en el este, las piernas en el norte. Entonces, con ayuda de fuerzas mágicas hace sonar un grito que reúne de nuevo todas las partes de su cuerpo. Así actúa la atención. Es un milagro que de golpe puede llamar a nuestro espíritu disperso y hacerle volver a estar íntegro, de manera que podamos vivir cada minuto de nuestra vida”.  

  Echar la mirada atrás y ser consciente de lo que se tiene delante no es fácil. Querer gozar de lo que la vida nos proporciona y enseña con un espíritu disperso, no lo hace ni un mago. La confianza nos permite centrarnos, encontrarnos en el conjunto de una sola fuerza que nos aporta una seguridad atenta y, a la vez, motivadora para hacer frente a las alegrías y a las tristezas, a los aciertos y a los fracasos… porque la confianza es creer que todo terminará bien.

  Todo esfuerzo y empeño, toda respuesta coherente, desde la confianza, además de explicar y responder de nuestros actos, enriquece y llena de sabiduría. Por eso, hablar de confianza es: “prepararse por dentro, la respuesta te llegará”

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