Noticia

400 años de la Fundación de la Universidad de Santo Tomás de Manila

1 de febrero de 2011

Esta Universidad, la más numerosa e importante del sureste asiático, fue fundada por el español fr. Miguel de Benavides y dirigida por los frailes de la Provincia del Rosario hasta 1971, año en que pasó a manos de la Provincia de Filipinas.

Con motivo de esta celebración el Papa Benedicto XVI envió, como delegado especial, al cardenal Zenon Grocholewski, y él mismo se hizo presente a través de una video conferencia cuyo mensaje ofrecemos aquí:

Universidad Santo Tomás de Manila"Eminencias, excelencias, queridos amigos, estoy encantado de enviaros mis cálidas felicitaciones a los estudiantes, personal y alumnos de la Universidad Pontificia de Santo Tomás en vuestra celebración del 400 aniversario de su fundación.

Es un evento importante en la vida de la Iglesia y, a pesar de que no puedo estar físicamente con vosotros, estoy contento de poder, al menos, hablaros de esta manera, para unirme a vosotros espiritualmente, y dirigiros mis cariñosas felicitaciones en esta feliz ocasión.

Recuerdo con agradecimiento a muchos sacerdotes, religiosos y laicos que, en la Santo Tomás, han transmitido a generaciones de filipinos, la fe, el conocimiento y la sabiduría que se encuentran en las ciencias religiosas y seculares. En particular quiero recordar a su fundador, el obispo Miguel de Benavides op, y el gran compromiso de los dominicos que han dirigido la institución a través de los muchos desafíos vividos durante los pasados cuatro siglos.

Como sabéis, la Universidad de Santo Tomás es la institución más antigua de la educación superior católica en el lejano oriente y que continúa ejerciendo un importante papel en la Iglesia de la región.
Confío en que, con la fe y la razón que siempre forman parte integrante la educación, vuestra Universidad continúe contribuyendo al enriquecimiento intelectual, espiritual y cultural de Filipinas y más allá.

Rezo también para que busquéis el conocimiento de lo humano y lo divino siempre a la luz de la claridad máxima que encontramos en la persona de Jesucristo (cf. Jn 8, 12).

Invocando la sabia intercesión de vuestro celestial patrono, Santo Tomás de Aquino, imparto gustoso mi Bendición Apostólica como prenda de gracia y de paz".

Fuente: ZENIT