Jue
8
Abr
2010

Evangelio del día

Octava de Pascua

Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día.

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 11-26

En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, todo el pueblo, asombrado, acudió corriendo al pórtico llamado de Salomón, donde estaban ellos.

Al verlo, Pedro dirigió la palabra a la gente:
«Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.

Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.

Por la fe en su nombre, este, que veis aquí y que conocéis, ha recobrado el vigor por medio de su nombre; la fe que viene por medio de él le ha restituido completamente la salud, a la vista de todos vosotros.

Ahora bien, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, al igual que vuestras autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.

Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que os estaba destinado, al que debe recibir el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de la que Dios habló desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Moisés dijo: “El Señor Dios vuestro hará surgir de entre vuestros hermanos un profeta como yo: escuchadle todo lo que os diga; y quien no escuche a ese profeta será excluido del pueblo”. Y, desde Samuel en adelante, todos los profetas que hablaron anunciaron también estos días.

Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: “En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra”. Dios resucitó a su Siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros para que os traiga la bendición, apartándoos a cada uno de vuestras maldades».

Salmo de hoy

Salmo 8, 2a y 5. 6-7. 8-9 R/. ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Señor, Dios nuestro,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él? R/.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies. R/.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48

En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice:
«Paz a vosotros».

Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.

Y él les dijo:
«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».

Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
«¿Tenéis ahí algo de comer?».

Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.

Y les dijo:
«Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí».

Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.

Y les dijo:
«Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».

Reflexión del Evangelio de hoy

  •  Dios lo resucitó de entre los muertos

Ante el milagro realizado por los apóstoles, con el lisiado que pedía limosna junto a la puerta hermosa, la gente acudía asombrada y curiosa para ver lo ocurrido.

Pedro, aprovechó la oportunidad para proclamar la Buena Noticia de Jesús Resucitado atribuyéndole el milagro; no son ellos los que lo han hecho, sino el Dios de los Padres: Abraham, Isaac y Jacob, que en su descendiente “ Jesús”, ha cumplido todas las promesas y lo ha glorificado.

Resaltan también la fe del enfermo, anima al pueblo a creer en Cristo, al que ellos habían crucificado por ignorancia invitándoles a la conversión.

Están hablando al pueblo de Israel, buen conocedor de las Sagradas Escrituras, por eso, insisten en datos tomados de la misma, para que puedan entender que, lo que Dios ha realizado con Cristo, no es más que el cumplimiento de las promesas que había realizado para la descendencia de Abraham, que sería bendición para todas las razas.

También a nosotros nos invitan a creer, las fiestas pascuales son tiempo oportuno para el encuentro con Cristo el Viviente.

  • Paz a vosotros

También los discípulos de Emaús llevan la buena noticia del encuentro con el resucitado. Y Cristo, que prometió estar donde dos o más estén reunidos en su nombre, se hace presente en medio de ellos con el saludo de la Paz. Les enseña sus llagas y com , para que se den cuenta que es él, que ha resucitado, y lo hace con textos del Antiguo Testamento explicando como se ha cumplido todo lo que Dios había anunciado por Moisés y los profetas acerca de él. Vosotros sois testigos de ello.

Reflexionemos sobre el interés que, tanto Cristo, como los apóstoles, ponen en manifestar la fidelidad de Dios que cumple las promesas y es que la Palabra de Dios es siempre actual, “Lo que dice lo hace, y el AT. es el anuncio de todo cuanto iba a suceder con Cristo.
San Jerónimo, gran conocedor de la Escritura afirma: Quien no conoce la Escritura, no conoce a Cristo.

En estas fiestas de Pascua, intensifiquemos la lectura de la Palabra, para poder conocer mejor a Cristo, Palabra hecha carne, que triunfa de la muerte y nos da una nueva vida y .trae da la Paz.