Los alumbrados y los libros prohibidos

Las obras espirituales de la Escuela Española generaron confusión, surgieron los "alumbrados" y la Inquisición reaccionó prohibiendo libros valiosos.


En el siglo XVI español, las obras espirituales de la Escuela Española generaron confusión y surgieron los "alumbrados". Que influenciados por ideas erróneas y fusionándose con corrientes como el erasmismo y la Reforma fueron un reto para la espiritualidad tradicional. La Inquisición reaccionó prohibiendo incluso obras valiosas pero los desafíos persistieron.

¿Cómo surgieron los Alumbrados?

Resulta que las numerosas obras publicadas por los autores espirituales de la Escuela Española se difundieron ampliamente entre los religiosos y el pueblo fiel, cayendo a veces en manos de gente mal formada religiosamente que, con buena intención, buscaron por su cuenta desarrollar su propia espiritualidad. Desgraciadamente surgieron así ideas espirituales erróneas y un falso misticismo que se difundió no sólo entre los laicos, sino también en monasterios de monjas, pues muchas por entonces eran bastante incultas y estaban mal formadas doctrinalmente.

A los que cayeron en este desorientado misticismo se les llamó despectivamente «alumbrados» o «iluminados». Dentro de ellos, los más radicales rechazaban el empleo de la inteligencia y el conocimiento para llegar a Dios, así como todos los actos litúrgicos, incluida la Eucaristía. Buscaban ser «iluminados» directamente por Dios sin ninguna mediación eclesial. Y estas ideas se mezclaron con algunos postulados de la Escuela Española, creando una cierta confusión.

¿Cómo influyó la Reforma Protestante?

Asimismo, al problema de los alumbrados se sumaba el de la Reforma protestante, que rechazaba la jerarquía de la Iglesia, la vida religiosa y el culto a los santos y a María; abogaba por la lectura de la Biblia en la lengua nativa; y le daba gran importancia a la fe –sin obras– como medio de salvación. Pues bien, estas ideas llegaron a España mezcladas con las de Erasmo de Róterdam y, en ciertos ambientes, pronto se confundieron con la espiritualidad de la Escuela Española.

¿Cómo surge el Índice de libros prohibidos?

Toda esta confusión entre los alumbrados, el protestantismo, el erasmismo y la Escuela Española provocó que la Inquisición actuase, y lo hizo con contundencia, prohibiendo no sólo los libros claramente heréticos, sino también todos aquellos que, sin ser heréticos, podían inducir al error, entre los que había muchos de la Escuela Española.

Por consejo del teólogo dominico Melchor Cano (1509-1560), numerosas obras espirituales de gran valor, tanto españolas como de otros países, fueron a parar en 1559 al Índice de libros prohibidos publicado por el inquisidor general Fernando Valdés (1483-1568). Esto supuso un duro golpe para los autores espirituales españoles, los cuales, por miedo, dejaron de escribir por un tiempo.

Críticas a la Escuela Española

Pero no sólo la Inquisición puso problemas. Además de Melchor Cano, hubo otros dominicos que se opusieron a la nueva espiritualidad propuesta por la Escuela Española. Éstos consideraban que era peligrosa porque fácilmente podía hacer caer en el error teológico al pueblo fiel, y afirmaban que la buena espiritualidad no es tanto la que nos conduce a tener grandes experiencias místicas –las cuales no rechazaban– sino, más bien, aquella que, simplemente, nos ayuda a ser personas caritativas.

Por ello, estos dominicos defendían la sencilla espiritualidad tradicional, basada, como ya hemos visto, en estos tres elementos:

  • la ascesis, que nos ayuda a vencer las tentaciones para así poder hacer el bien;
  • la oración vocal, pues impide que nuestra mente se pierda en banas o erróneas elucubraciones, y nos inculca buenos sentimientos y valores;
  • la piedad popular, que nos une afectivamente a Dios por medio de la devoción al Santísimo, la Virgen o un santo.

Estos dominicos no se oponían a la oración mental, de hecho, ellos mismos la practicaban todos los días en sus conventos, pero consideraban que podía confundir espiritualmente a las personas poco formadas teológicamente, las cuales, desgraciadamente, eran mayoría entre los laicos y las monjas, a pesar de los esfuerzos catequéticos que la Iglesia llevaba a cabo por entonces.

¿Qué papel jugó el Concilio de Trento en esta controversia espiritual?

Mientras, fuera de España, el Papa Pablo III (1468-1549) había convocado tiempo atrás el Concilio de Trento, y a él fueron a parar las tensiones entre los que apoyaban y rechazaban la espiritualidad de la Escuela Española, por lo cual, el Concilio suministró a los autores españoles decretos para poder formarse respecto a los dogmas católicos, y así evitar caer en errores teológicos.

En 1560 murió Melchor Cano y en 1566 Fernando Valdés dejó de ser el inquisidor general y murió dos años más tarde, lo cual rebajó la presión que la Inquisición ejercía sobre los escritores espirituales de la Escuela Española. Ello propició que éstos volvieran a escribir. Lo hicieron publicando de nuevo las obras que habían ido a parar al Índice de libros prohibidos, pero corrigiendo aquellas expresiones que podían resultar sospechosas.