Dom
14
Nov
2010

Homilía XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario

Año litúrgico 2009 - 2010 - (Ciclo C)

Tendréis ocasión de dar testimonio

Introducción

Vamos acabando otro año litúrgico. En estos domingos las lecturas nos confrontan con preguntas que nos unen a los creyentes de todas las épocas: ¿Qué hay más allá de este tiempo? ¿Qué podemos vivir por encima de las luchas y dificultades cotidianas? ¿Por qué tiene tanto poder el mal y se hacen tan fuertes los injustos? ¿Qué quiere Dios de nosotros en este momento de la Historia? ¿Hasta qué punto nuestra fe es sólo un consuelo, o puede convertirse en un revulsivo para vivir con dignidad? ¿Cómo vivir la esperanza y la confianza en estos tiempos que nos parecen tan difíciles para ser creyentes?

El cristiano nunca deja de hacerse preguntas. Y Dios no acaba de hablarnos con la claridad que nos gustaría. Él nos regala el tiempo, la Historia -la nuestra más personal y la del mundo-, que se convierten en “sacramento”, en respuesta velada a todos los límites de lo humano y de la fe.

Las lecturas de este domingo nos invitan a confiar, a no tener miedo, a descubrir en cada encrucijada de nuestra vida y en cada una de sus luchas, las huellas del Dios Bueno y a vivir dando testimonio de Él y de su presencia misericordiosa en este tiempo. Él nos contagia eternidad, la misma que nos regaló su Hijo en la Pascua.